Por Rudolf
Steiner
Conferencia pronunciada en Berlín,
el 4 de Noviembre de 1904.
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Hemos hablado en otras
oportunidades sobre distintos mitos cuyas imágenes contienen
verdades esotéricas. Estos mitos se dieron antes a los hombres, para
transmitirles, en forma de imágenes, verdades esotéricas para las
cuales no estaban maduros todavía.
Las imágenes se apoderaban del Cuerpo Causal, preparando así a los
hombres para que comprendieran aquellas verdades de encarnaciones
posteriores.
Hoy referiré una leyenda esotérica que data sólo de pocos siglos
atrás, y que aún sigue viva en múltiples aspectos.
Al comienzo del siglo XV apareció en Europa una personalidad que en
Oriente había sido iniciada en ciertos secretos, CHRISTIAN
ROSENKREUTZ. Antes de que terminara su encarnación de entonces,
había iniciado a un pequeño grupo de personas, -apenas más de diez-,
en la materia de su propia iniciación, es decir, los había iniciado
como en aquel entonces era posible iniciar a un hombre europeo.
La pequeña hermandad que se dio el nombre de "Hermandad de los
Rosacruces" - Fraternidad Rosae Crucis-, difundió un determinado
mito a través de otra hermandad más amplia y más esotérica.
Christian Rosenkreutz mismo había revelado en los más recluido de
los Misterios Rosacruces, ciertos secretos sólo perceptibles para
los hombres que antes habían adquirido la preparación necesaria.
Pero, como dijimos, en la pequeña hermandad no fueron más de diez;
ellos fueron los verdaderos Rosacruces iniciados. Las enseñanzas de
Christian Rosenkreutz, no eran apropiadas para todos, pero se
transmitieron al mundo en una especie de leyenda. Desde que se dio a
conocer el comienzo del sigo XV, fue relatada en amplios círculos,
pero la interpretación se redujo a los círculos más íntimos, maduros
para ello.
El contenido del mito es más o menos el siguiente:
En tiempos remotos uno de los Elohim creó al ser humano, al que le
dio el nombre de Eva. Este Elohim se unió con Eva que dio a luz a
Caín. El Elohim Javé o Jehová creó a Adán. También Adán se unió con
Eva y de esta alianza nació Abel. De manera que Caín es directamente
un hijo divino, mientras que Abel es el descendiente de Adán, creado
como ser humano, y Eva.
El Dios Javé
recibía con agrado las ofrendas de Abel, pero no las de
Caín que no había nacido por su voluntad. La
consecuencia fue que Caín, envidioso, cometió
fratricidio, asestando el golpe mortal a Abel. Por ello
fue excluido de la comunidad de Javé. Se retiró a otra
región lejana donde fundó una generación propia.
De la alianza de Adán y Eva nació Seth, destinado a
reemplazar a
Abel. También la Biblia nos habla de Seth. De este modo
se formaron dos generaciones humanas: la generación de
Caín, descendiente de Eva y el Elohim, y la otra,
descendiente de una pareja netamente humana que se había
unido según la voluntad de Javé.De la generación de Caín
provienen todos los que han creado las artes y la ciencia en la
tierra, por ejemplo, Metusael, el inventor de la escritura, la
escritura Tau, y Tubal-Caín quien enseñó al ser humano a trabajar
los minerales metalíferos y el hierro. Así se generó esta línea de
la humanidad creada directamente por el Elohim, ella era la
portadora de las artes y las ciencias.
De esta rama genealógica procedió también Hiram que fue el heredero
de lo que, en el correr de los tiempos, los hijos de Caín habían
acumulado en saber, arte y técnica. Hiram fue el arquitecto más
grande y magnífico que se pueda imaginar.
De la segunda línea, la generación de Seth, nació Salomón que se
distinguía en todo lo que provenía de Javé o Jehová.
Poseía la sabiduría del mundo, todo lo que puede brindar la
sabiduría serena, luminosa, esclarecida, propia de los hijos de
Jehová.
Esta sabiduría se expresa con palabras que llegan al corazón de los
hombres, lo elevan, pero no puede realizar una obra concreta en
cuanto a la técnica, al arte y la ciencia. Fue una sabiduría
directamente inspirada por el Dios, no fue elaborada por el hombre,
no surgió de la pasión humana, ni brotó de la voluntad del hombre.
Esta última era de los hijos de Caín, de los descendientes directos
del otro Elohim que fueron los trabajadores severos queriendo
elaborarlo todo ellos mismos. |
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Ahora bien, Salomón decidió construir un templo, y encomendó la obra
a Hiram, el arquitecto de la línea de Caín. Fue justamente en el
tiempo en que Balquis, la reina de Saba, visitó a Jerusalén, porque
había oído tanto el sabio Salomón. Y realmente quedó profundamente
impresionada de la alta sabiduría esclarecida y de la hermosura de
Salomón. Este le pidió la mano y ella aceptó desposarse con él. La
reina se enteró también de la construcción del templo y quiso
conocer al arquitecto Hiram. Cuando lo vió, recibió inmediatamente
una honda impresión quedando cautiva por su mirada, lo que produjo
una tensión de celos entre Hiram y Salomón, el sabio. Este habría
querido deshacerse de Hiram, pero lo necesitaba para terminar el
templo.
El templo se terminó en la
fecha indicada, faltándole sólo una cosa:
el mar de bronce. Este, obra maestra de Hiram, representaría el
océano labrado en bronce, y serviría como adorno del templo. Hiram
había preparado maravillosamente la mezcla de los metales, y todo
esta listo para la fundición. Pero ahora se inmiscuyeron tres
oficiales a los que por ineficientes, Hiram había negado el título
de Maestro. Juraron venganza y quisieron frustrar la fundición del
mar de bronce. Un amigo de Hiram, enterado de la conjuración, se lo
hizo saber a Salomón, para que éste evitara la ejecución. Pero
Salomón, celoso de Hiram, dejó que las cosas tomaran su curso, para
destruirlos. El resultado fue que Hiram tuvo que ver como la masa
ígnea de los metales se esparció, porque los tres conspiradores
habían agregado a la aleación una substancia indebida.
Hiram quiso apagar las llamas echando agua, lo que sirvió sólo para
aumentar el desastre. Al borde de la desesperación, se le apareció
Tubal-Caín, uno de sus antepasados. Le dijo que se arrojara
tranquilamente al fuego, porque era invulnerable. Hiram obedeció y
llegó al centro de la Tierra. Tubal-Caín lo condujo ante Caín quien
se hallaba allí en el estado divino original. Hiram fue introducido
en el trabajo creativo del fuego, de la fundición de los metales,
etc.
De Tubal- Caín recibió un martillo y una escuadra de oro que debía
llevar en el cuello. Hiram regresó y fue capaz de reparar el mal y
terminar el mar de bronce.
Hiram obtuvo luego la mano de
la reina de Saba, pero fue asaltado y muerto por los tres rufianes.
Antes de morir, sin embargo, logró tirar la escuadra de otro a un
pozo. Como nadie sabía donde estaba Hiram, comenzaron a buscarlo;
Salomón mismo se sintió muy asustado y quiso investigar el caso.
Como se temía que los tres sujetos traicionaran la antigua palabra
maestra, acordaron una palabra nueva.
La primera palabra pronunciada al encontrar a Hiram, sería la
palabra maestra. Cuando Hiram fue encontrado, pudo decir todavía:
"Tubal-Caín predijo que tendré un hijo del cual descenderán muchos
otros, que poblarán la tierra y concluirán mi obra, el Templo".
Entonces todavía indicó el lugar donde había caído la escuadra
áurea. La llevaron junto al mar de bronce y ambos fueron guardados
en el Sanctasantorum del templo. Sólo pueden encontrarlos aquellos
que comprenden lo que significa este leyenda de Salomón y su
arquitecto Hiram.
Pasemos entonces a su interpretación. Ella describe el destino de la
tercera, cuarta y quinta época cultural de la Era Postatlante. El
Templo es el templo de las hermandades secretas, es decir, todo lo
que la humanidad del cuarto y quinto período construye.
El Sanctasantorum es el lugar de reunión de las hermandades secretas
que conocen el significado del mar de bronce y la escuadra de oro.
Se trata, pues, de dos distintas generaciones humanas, una
representada por Salomón -en posesión de la sabiduría divina-, y la
segunda la de los hijos de Caín -que dominan y saben aplicar el
fuego- . Este fuego no es el fuego físico, sino el fuego que arde en
el espacio astral, el fuego de las pasiones, instintos, apetitos.
¿Y quiénes son los hijos de Caín? Según el sentido de esta leyenda
son los hijos de aquellos Elohim que durante la evolución lunar
quedaron un poco rezagados. En la época lunar reina Kama.
Durante la misma evolución lunar penetró también la sabiduría en el
kama. Hubo, pues, dos clases de Elohim. La primera no se limitó a la
alianza del fuego con la sabiduría, ascendieron por encima de ella;
y cuando formaron al hombre, ya no estaban dominados por pasiones,
de manera que lo dotaron de una sabiduría serena, acendrada. Esta es
la verdadera religión de Jehová o Javé, la sabiduría libre de
pasiones.
Los Elohim en los que la sabiduría aún estaba unida en el fuego del
período lunar, crearon los hijos de Caín.
De ahí que en los hijos de Seth tenemos a los hombres religiosos con
la sabiduría esclarecida, y en los hijos de Caín, los hombres
impulsivos que se entusiasman e inflaman con la sabiduría. Estas dos
generaciones siguen trabajando a través de todas las épocas. Todas
las artes y ciencias nacieron de la pasión de los hijos de Caín, y
toda la religiosidad y sabiduría beatificas, desapasionadas, sin
entusiasmo, se generaron de los hijos de Seth.
Estos dos tipos han existido siempre hasta la cuarta época cultural
de nuestra era postatlante.
En esta época tuvo lugar la fundación cristianismo, debido al cual
la antigua religiosidad que sólo fue una religiosidad inspirada
desde arriba, se libera totalmente de kama. La nueva religiosidad
quedaba totalmente sumergida en el elemento que vino a la Tierra con
Cristo.
Cristo no es solamente sabiduría, es el amor encarnado, un alto kama
divino que es al mismo tiempo Buddhi; un kama que fluye limpidamente
con infinita devoción hacia afuera, es un kama invertido. Buddhi es
el kama invertido.
En el tipo de los hombres piadosos, en aquéllos que son hijos de la
sabiduría, se prepara, en consecuencia, una religiosidad superior
que ahora si puede ser entusiasta. Es la religiosidad que tiene su
primer origen en la cuarta época cultural; pero esta corriente aún
no puede aunarse con los hijos de Caín. Son dos tendencias
antagónicas, pues si el cristianismo se apoderará inmediatamente de
todos los hombres, podría invadirlos con amor, pero sin la
participación del corazón humano individual, particular. No sería
una religiosidad libre, un generar el Cristo en el alma como
hermano, sino sólo como amo. Aún deben actuar los hijos de Caín en
toda nuestra quinta época cultural.
Ellos obran en sus iniciados y elevan el templo de la humanidad,
construyéndolo con la ciencia y el arte mundanas.
Vemos entonces como el elemento mundano se desarrolla cada vez más
en la cuarta y quinta cultura postatlante, cuando toda la evolución
histórica universal desemboca en el plano físico. Con el elemento
mundano el materialismo se desarrolla también el personal, el
egoísmo, que termina con la lucha de todos contra todos.
El cristianismo era, en cierto sentido, un secreto que sólo poseían
unos pocos; sin embargo actuaba de tal manera que la humanidad de la
cuarta y quinta cultura comprendía que "todos los hombres son
iguales ante Dios". Esta es una ley fundamental del cristianismo,
pero los hombres no la pueden comprender enteramente, mientras que
sean presos del materialismo.
Poco antes de la revolución francesa, Madamme D'Adhémar, dama de la
corte de la reina Marie-Antoinnette, recibió la visita de una
persona que predijo todas las escenas importantes de la
revolución para advertirla a ella y a la corte de los que se estaba
preparando. Era el Conde de Saint Germain, la misma personalidad que
en una encarnación anterior había fundado la Orden de los
Rosacruces. El defendía la idea de que todos los hombres tenían que
se conducidos pacíficamente de la cultura mundana a la verdadera
cultura del cristianismo, pero los poderes mundanales querían
conquistar la libertad como por asalto, es decir, materialmente.
Aunque la revolución fue para él una consecuencia necesaria de la
evolución habida, quiso prevenirla.
El, Christian Rosenkreutz, en su encarnación del siglo XVIII, él, el
guardián de los secretos más íntimos del mar de bronce y de la
escuadra de otro, previno a la humanidad para que tomara un camino
evolutivo lento. Lo hizo, aún sabiendo lo que sucedería.
Este es el curso que la evolución humana sigue -vista desde adentro-
durante el cuarto y quinto período de nuestra era postatlante. La
construcción cultural humana ha sido edificada: el gran Templo de
Salomón, pero lo que ha de coronarlo, tienen que permanecer en
secreto. Únicamente un iniciado lo puede obstruir. Este iniciado fue
malentendido, traicionado y asesinado. El secreto aún puede de
desvelado. Queda como secreto de pocos iniciados del cristianismo.
Está oculto en la fundición del mar de bronce y en la santa
escuadra.
Es el secreto de Crhistian Rosenkreutz, quien vivió en una
encarnación sumamente elevada antes del nacimiento del Cristo y dijo
unas palabras muy notables, dijo: "Quién sembrará el viento, segará
el torbellino". Ya dijo esto antes que lo dijera y escribiera Oseas.
Esta palabras son originales de Christian Rosenkreutz.
Esta expresión: Quien sembrará viento, segará el torbellino, es el
lema, la máxima de nuestra civilización y significa lo siguientes:
vosotros libertareís al hombre; el Buddhi encarnado se unirá con
ésta, vuestra libertad y hará a los hombres iguales a
Dios. Pero el espíritu (viento, torbellino significa espíritu,
ruach) devendrá torbellino (lucha de todos contra todos).
Primero: El cristianismo fue el cristianismo de la cruz y tuvo que
desenvolverse a través de una esfera netamente mundanal, el plano
físico. Cristo en la cruz no fue, sin embargo, el símbolo usado en
los primeros comienzos del cristianismo. Sólo cuando éste se
convirtió más y más en política, se usó el símbolo del hijo de Dios
crucificado, padeciendo en la cruz formada en el cuerpo del mundo.
Así continuará exotéricamente durante la cuarta y quinta cultura. El
cristianismo aún permanece ligado con la civilización enteramente
material del cuarto y quinto período postatlante. Sólo entremedio
existe el verdadero cristianismo del futuro que posee el secreto del
mar de bronce y de la escuadra de otro. Este cristianismo tiene ya
otro símbolo; no ya el Cristo crucificado, sino la cruz con la
corona de rosas; y éste será el símbolo del nuevo cristianismo en
sexta época cultural postatlante. Este cristianismo de la sexta
cultura se desarrollará del misterio de la hermandad Rosacruz y
conocerá el mar de bronce y la escuadra áurea.
Hiram es el representante de los iniciados hijos de Caín,
pertenecientes a la cuarta y quinta cultura. La Reina de Saba -todas
las figuras femeninas del lenguaje esotérico se refieren al alma- es
el alma de la humanidad que tiene que decidirse por la religiosidad
esclarecida que renuncia a la conquista de la Tierra, o por la
sabiduría dedicada a esta conquista; quiere decir, a una
conquista unida con la Tierra por haber vencido las pasiones. La
Reina de Saba representa la verdadera alma humana que se encuentra
en el medio entre Hiram y Salomón y se une con Hiram en la cuarta y
quinta cultura, porque él todavía construye el Templo. El mar de
bronce es aquella fundición en que se mezcla el metal en la
proporción correspondiente con agua. Los tres oficiales lo hacen
mal. La fundición se malogra. Hiram aprende de Tubal-Caín los
misterios del fuego, y ahora puede unir el agua y el fuego en la
medida justa para hacer el mar de bronce. Este es el secreto de los
Rosacruces. El mar de bronce se origina, cuando el agua de la
sabiduría serena se une con el fuego del espacio universal, el fuego
de las pasiones. De ahí debe nacer una combinación resistente como
el "bronce", y que puede ser trasladada a las edades futuras, cuando
se agrega al secreto del mar de bronce, el de la santa escuadra
áurea, es decir, el secreto de Atma-Buddhi-Manas. Esta triada con
todas sus consecuencias, constituirá el contenido del cristianismo
renovado de la sexta cultura, que es preparada por los rosacruces.
Lo que expresa el símbolo del mar de bronce se unirá con el
conocimiento de la reencarnación y el karma. Esta es la nueva
enseñanza oculta que se volverá a introducir en el cristianismo.
Atma-Buddhi-Manas, la yoeldad superior, encierra el secreto que se
dará a conocer, cuando la sexta cultura esté madura para ello.
Christian Rosenkreutz ya no necesitará intervenir en advertencias de
las luchas por venir, sino que todo lo que ha significado lucha en
el plano físico, encontrará la paz por el mar de bronce y la
escuadra de otro.
Esto es el curso de la historia universal hacia el futuro. La
leyenda del Templo que Christian Rosenkreutz difundió en el mundo
por las hermandades, encierra la tarea que quieren cumplir los
rosacruces, es decir: no sólo enseñar la piedad religiosa, sino
también ciencia esotérica, una ciencia que no quiere conocer
únicamente el mundo físico, sino también los poderes espirituales
para llegar por ambos caminos a la sexta cultura.
La oración es un deseo ardiente del alma de unión con su origen
divino, una expresión articulada de la aspiración. Es a la vez y al
mismo tiempo, aspiración, compunción, reverencia, adoración,
alabanza, gratitud, comunión, invocación, deseo amoroso, ofrenda y
veneración.
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
FUNDACIÓN AMONRA CHILE
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO...
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.
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