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TROZOS
SELECTOS
PARA
EL ASPIRANTE
ROSACRUZ
Krumm
Heller
Procura
cada
día
al despertar,
enviar
una
mental
bendición
a todo
lo creado.
Identifícate,
de cara
al Sol
si es
posible,
con
el gozo
de vivir.
Que
cada
día
sea
para
ti una
resurrección,
como
una
pequeña
vida
nueva.
Aspira
toda
la gloria
y toda
la ternura
de este
don
que
se te
dé.
Retírate
y luego
medita.
Haz
un vacío
en tu
mente
durante
unos
minutos.
Recibirás
inspiraciones
que
ignorabas,
que
serán
tu seguro
guía
en la
senda
de la
vida.
Tu Dios
hablará
a través
de ti
como
el Daemón
a Sócrates.
Después
bebe
un vaso
de agua
pura,
realiza
unos
diez
minutos
de gimnasia
sueca.
Y termina
con
unas
cuantas
respiraciones
profundas.
Acompañadas
al culminar
las
inspiraciones
algo
retenidas.
De concentración
de todos
músculos
de tu
cuerpo.
Al espirar
lánzalos,
es el
mejor
sistema
para
fortalecer
los
nervios.
Y vitalizar
el organismo.
Luego
báñate
y fricciónate
enérgicamente.

Durante
el día,
aspira
honda
y rítmicamente
de vez
en cuando.
Busca
la oportunidad
de exponer
tu cuerpo
desnudo
al Sol.
Identifícate
en espíritu
con
sus
rayos
benéficos.
Así
solearás
tu cuerpo
y solearás
tu alma.
Asimilarás
más
la Vida
Universal
que
el Gran
Astro
irradia.
Come
frugalmente
y despacio.
Prefiere
las
frutas
y las
legumbres,
sobre
todo
crudas,
a la
carne.
Pero
sin
fanatizarte.
De manera
sana
y completa
observa
el sistema
que
más
te convenga.
Haz
un ágape
al día,
mañana
y noche,
sólo
de jugosa
fruta.
Es ésta
un tónico
incomparable
y un
natural
proceso
de purificación
y vitalización.
Elimina:
Alcohol,
tabaco,
drogas.
Sal
cuando
puedas
al campo.
En la
mañana
temprano.
Procura
caminar
durante
una
hora
con
los
pies
descalzos
sobre
el rocío.
Para
que
esta
agua
rica
y magnética
entre
en contacto
con
vuestra
piel.

Después
de cada
comida,
echaos
sobre
la hierba
o sobre
la tierra.
Para
que
vuestro
cuerpo
absorba
el magnetismo
de la
tierra.
Observa
el orden
de tus
costumbres
y que
el concepto
de la
salud
te llene.
Destierra
ante
todo
el pesimismo
o la
duda.
Positiviza
en todos
los
órdenes
tus
pensamientos.
Nunca
alimentes
malos
pensamientos
respecto
a nadie
y menos
de tus
amigos.
Así
los
mejorarás
y te
mejorarás.
No te
apegues
a nada
transitorio.
Se libre
y da
libertad.
Que
la malicia
y el
odio
no aniden
en ti.

Complácete
a menudo
en imaginar
escenas
de la
vida
humana
feliz
y regenerada.
Como
decía
Plotino,
“hermosea
tu propia
estatua”.
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