|
Explicaciones de la
Profecía del Asesinato del
Papa
Antes de que estalle la
tercera guerra mundial y
caiga el telón de acero
(tal podría ser el
significado de «el gran
muro» que traen algunas
ediciones) Italia será
invadida y el Papa
asesinado. De este modo la
nave de Pedro, huérfana de
guía, quedará a merced de
los dramáticos
acontecimientos que
seguirán a esta muerte, no
excluida la posibilidad de
un cisma; entonces el
clero, simbólica
tripulación de la
simbólica nave, la
abandonará, echándose al
mar como único medio para
salvar la vida.
Junto al río (que podría
ser el Tíber, si se toma
Roma como sede del
papado), la tierra se
teñirá de sangre.
Esta profecía se
completaría con la
contenida en la cuarteta
noventa y nueve, de la
Centuria VIII:
Por el poder de los tres
Reyes temporales,
A otro lugar será
transferida la Santa Sede,
Donde la sustancia del
espíritu corpóreo,
Será repuesta y recibida
por verdadera sede.
La guerra que se
desencadenará entre tres
grandes potencias afectará
igualmente al jefe de la
cristiandad y el pontífice
que habrá sucedido al Papa
muerto correrá a su vez un
peligro may grave, no sólo
en su incolumidad
personal, sino también por
la estabilidad de su
propio apostolado: la
Santa Sede, es decir, la
cátedra de San Pedro será
trasladada a otro lugar y
sólo al final del
conflicto podrá el Santo
Padre volver a Roma, la
verdadera sede destinada a
albergar al representante
del Señor en la Tierra.
Y la profecía continúa en
la cuarteta ochenta y tres
de la Centuria V:
Los que tengan em resa
subvertir,
Inigualable reino, fúerte
a invencible:
Obrarán, con fraude,
noches tres advertir,
Cuando el mayor en la mesa
lea la Biblia.
Quienes se habían
propuesto la obra de
subversión y destrucción
de la Iglesia recurrirán
al fraude y al engaño y a
cualquier otro medio para
poder sorprender al Papa.
Lo cual sucederá en cierta
ocasión estando el Papa
sentado en la mesa leyendo
la Biblia. Tres serán los
encargados de capturar al
Papa, mediante un engaño.
Sigue, a continuación, la
Centuria IV, cuarteta
treinta y tres, que
explica quiénes serán los que tiendan la trampa al
Papa y por consiguiente a
la misma Iglesia:
Júpiter unido más a Venus
que a la Luna
Apareciendo de plenitud
blanca:
Venus escondida bajo la
blancura de Neptuno,
Por Marte golpeada con la
grande rama.
El lenguaje es
completamente metafórico:
Nostradamus dice que
cuando Júpiter aparezca
con plenitud blanca y esté
más próximo a Venus que a
la Luna, y Venus se
esconda bajo la blancura
de Neptuno, entonces Marte
la golpeará con la blanca
rama.
Procuremos explicar el
simbolismo: cuando el
pontífice aparezca más
indinado o decidido a
fijar su atención más en
las naciones protestantes
que en las católicas y se
esfuerce en poner en
práctica el precepto de la
caridad, entonces los
protestantes serán
maltratados y perseguidos
(juntamente con el
pontífice) por una
muchedumbre de enemigos
(que en este caso quizá
podemos identificar con
los comunistas).
Dice la Centuria IX, en la
noventa y nueve cuarteta:
Viento Aquilón hará partir
la sede,
Por muros echar cenizas,
cal y polvo:
Por lluvia luego que les
causará más daño,
Último socorro llegar
desde su frontera.
El viento de Aquilón, es
decir, el que obligará al
pontífice, inmediatamente
después de su elección, a
dejar Roma, vendrá del
Norte. Los habitantes de
Roma defenderán su ciudad,
echando desde las murallas
sustancias agresivas
(podría evidentemente
tratarse de nuevas
sustancias químicas,
empleadas como armas
defensivas), pero de poco
servirán sus esfuerzos,
porque el atacante, a su
vez, los acometerá con una
verdadera lluvia de bombas
que les causarán mucho más
daño que el anteriormente
experimentado.
Siguen unas cuartetas que
explican y declaran el
desconcierto general que
se producirá según vayan
desarrollándose los
hechos.
Un personaje de gran
lustre, destinado a ser
muy pronto emperador,
fingirá someterse al
pontífice para simular así
su apoyo en el cisma que
habrá tenido lugar en el
seno de la Iglesia y
ayudar a algunos países
del Este en su lucha
contra la opresión
comunista. Pero luego, la
rebelión de este simulador
y falsario causará
gravísimo daño a la
Iglesia y provocará
enconadas luchas entre sus
seguidores.
|
|
|
Los rojos, que podemos
identificar como fuerzas
enemigas del papado y de
la cristiandad, se echarán
sobre Roma so pretexto de
que van a restablecer el
pontificado (la gran
Capa), esclavo de la
anarquía y sometida al
cisma. Entonces el
estrago, la carnicería y
la venganza serán tales
que prácticamente no habrá
familia que no llore la
muerte de alguno de sus
miembros, y los rojos
asesinarán a un purpurado
(probablemente uno de los
papas cismáticos). En esta
coyuntura, desde la ciudad
de Roma se transmitirá un
falso mensaje para
comunicar otra elección
papal, también falsa. Los
cristianos perderán
totalmente la esperanza de
ver volver al verdadero
Papa y aceptarán como
auténtica la versión de
quienes dicen que ha
muerto; se cometerá un
delito en una capilla y el
antipapa superviviente
triunfará y coronará a su
autor como jefe supremo.
|
«La gran estrella arderá
durante siete días»: esta
frase puede interpretarse
en el sentido de que una
nueva arma vendrá a
sembrar la destrucción y
la ruina entre los
hombres; y de esta nueva
tempestad (que bien podría
ser una guerra) nacerán
dos nuevos personajes de
gran prestigio.
Y cuando un gran pontífice
logre extender sus
dominios sobre nuevos
territorios, entonces los
pueblos del Oriente Medio
reaccionarán
violentamente.
Después de la victoria de
la predicación de un
engañamundos, estallará
otra revuelta en Alemania;
dos ejércitos se unirán en
uno solo y el jefe y su
hijo serán asesinados, en
tanto que sobre algunas
regiones italianas se
abatirán la violencia y el
terror como represalia.
Explicaciones de la
Profecía del Holocausto
Nuclear
Dicen las cuartetas sexta
y séptima de la Centuria
III:
En el templo cerrado el
rayo penetrará,
Los ciudadanos extenuados
en sus fuertes:
Caballos, bueyes, hombres
la onda los, tocará
Con hambre, sed los más
débiles armados.
Sobre las picas de los
fugitivos fuego del cielo,
Conflicto próximo de los
cuervos jugueteando,
Desde tierra se implora
ayuda socorro del cielo,
Cuando junto a los muros
estarán los combatientes.
Creemos que se trata de un
arma tan
extraordinariamente
mortífera que podría
pulverizar cualquier
edificio por sólido que
fuese (hoy construye ya el
hombre refugios
antiatómicos que podrían
asegurarle la
supervivencia en caso de
ataques con armas
nucleares) y la palabra
«templos» puede entenderse
en sentido estrictamente
religioso, o en sentido
metafórico. Además, el
infernal mecanismo
profetizado por
Nostradamus podría
destruir seguramente las
armas de los enemigos en
fuga; lo cual produciría
una trágica oleada de
muerte, a la que seguiría
una igualmente trágica
carestía: ésta será, dice
el profeta, la única
miserable arma que va a
quedar a los más débiles
que sobrevivan.
La nación de la hoz creerá
haber eliminado toda
resistencia contra ella,
pero en realidad la
satisfacción por la
victoria obtenida contra
todo el mundo durará poco.
Precisamente cuando se
crea que todo está
perdido, entonces, «in
extremis», las naciones de
Occidente se tomarán el
más completo desquite. Un
sabio inventor descubrirá
y pondrá a punto una
novísima arma terrible,
cuyos efectos producirán
indefectiblemente gran
consternación y luto entre
los hombres. La potencia y
el radio de acción de este
«dardo del cielo» serán
tales que abarcarán una
vastísima extensión de
nuestro planeta y, por
consiguiente, no habrá
para los enemigos ninguna
posibilidad de salvarse.
Estando reunidos los jefes
para hallar un remedio y
una solución para prevenir
o alejar el grave peligro
que les amenaza, se
abatirá sobre ellos la
nueva arma y los
destruirá. En
consecuencia, las tropas,
sin sus adalides y
caudillos, huirán a la
desbandada y el caos
político y militar
desbarajustará el orden
anterior de la nación de
la hoz. Será como si se
hubiese llevado a cabo una
masiva ejecución de los
jerifaltes enemigos.
En fin, contra las sectas
de los rojos, es decir,
contra los varios
gobiernos de régimen
comunista, se alinearán
todas las demás naciones
que se esforzarán en
devolver la paz y la
tranquilidad al mundo tan
duramente probado a través
de tantas y tan terribles
guerras. Después de haber
barrido el mundo con un
huracán de hierro y de
fuego, no habrá salvación
posible para los
supervivientes, de forma
que muchos morirán por
juicios sumarísimos y
cuantos maquinaron contra
la verdadera libertad
morirán despiadadamente, a
excepción de uno escribe
el gran profeta , que más
que cualquier otro causará
al mundo lutos, desolación
y ruinas.
Esta precisión tiene
caracteres de especial
importancia, porque
permite determinar una
lógica sucesión
cronológica entre las
cuartetas que se refieren
a futuros acontecimientos,
estableciendo una
fundamental distinción
entre las predicciones que
dicen relación con el
próximo conflicto (la
tercera guerra mundial, de
la que hemos ya hablado) y
las concretan los sucesos
que señalarán el fin de
los tiempos.
Este temido Anticristo, a
quien se cita muchas veces
en las cuartetas de
Nostradamus y asimismo en
predicciones de otros
varios videntes que
vivieron en distintas
épocas, escapará al
merecido castigo saltará
de nuevo a la escena del
mundo sólo cuando suene la
tremenda hora del fin,
preludio del segundo
advenimiento de Cristo
sobre la Tierra.
Veamos ahora los
acontecimientos que
seguirán a la definitiva
derrota de los «Bárbaros»,
reconstruyéndolos a través
de algunas cuartetas que
transcribimos:
Cuanto más esté el grande
en falso sueño
La inquietud vendrá a
tomar reposo:
Levantad falange de oro,
de azul y rojo,
Subyugar África, roerla
hasta los huesos.
(CENTURIA V, CUARTETA LXIX)
Selín monarca pacificador
Italia,
Reinos unidos, rey
cristiano del mundo,
Muriendo querrá reposar en
Tierra Santa,
Después de haber barrido
del mar a los piratas.
(CENTURIA IV, CUARTETA
LXXVII)

Explicaciones de la
Profecía de los Tiempos de
Paz
Europa, tan duramente
probada, podrá, al fin,
gozar de un poco de paz.
El gran monarca, que tan
hábil se habrá mostrado
para conseguir la victoria
sobre los enemigos de
Occidente, se mostrará
también activo y eficaz en
la consolación y
robustecimiento de esta
paz tan difícilmente
conseguida; y, gracias a
su gestión, el ansia y la
inquietud que habían tan
vivamente atormentado a
los hombres hasta
llevarlos al borde de la
más grave ruina cesarán y
la paz dominará en el
mundo. Y añade todavía el
profeta que el
advenimiento de esta
esperada y feliz Era no
impedirá la explotación de
las inmensas reservas
ocultas en el continente
africano que serán
aprovechadas y explotadas
al máximo, para conseguir
así que todas las naciones
reciban de ello beneficios
comunes.
Nostradamus escribe aquí
un nombre en cuyo
esclarecimiento han
trabajado afanosa a
inútilmente muchos sabios
comentaristas: Selin
Monarca. No sabemos quién
pueda ser este esclarecido
Monarca, y son válidas
aquí todas las hipótesis,
ya sea que con este nombre
haya querido indicar el
vidente el lugar de origen
del monarca, ya se trate
de un anagrama del nombre
verdadero. Este gran
soberano (y la palabra
«soberano» puede admitir
una más amplia
interpretación, sin
necesidad de que se tome
al pie de la letra, y así
podría muy bien significar
el jefe supremo de una
hegemonía, no
necesariamente
monárquica), conseguida ya
la pacificación de Italia
y unificados bajo su real
mando todos los Estados,
será el representante
cristiano del mundo, y
después de haber limpiado
los mares de los últimos
piratas, es decir, de los
restos de la flota
enemiga, supervivientes
después de la gran
derrota, deseará ser
enterrado en Tierra Santa,
como homenaje a la
tradición cristiana.
Y comenzará entonces un
nuevo estado de cosas, una
nueva ordenación social,
como indican algunas
cuartetas (Centuria III,
cuarteta XL y Centuria X,
cuarteta XL).
La guerra, maldición de
los hombres, será
finalmente sometida por la
feliz unión de los
Estados; su impotencia
para estallar asegurará la
paz.
Nostradamus: Explicaciones
de la Profecía de las
Naciones que Caerán.
Pero los dulces y
tranquilos años de paz
verán pronto su fin, si
hemos de dar crédito a lo
que se dice en la cuarteta
cuarenta y seis de la
Centuria II.
El primer verso dice con
claridad que, después de
una gran discordia entre
los hombres, se aproxima
otro mucho mayor todavía.
Del cielo caerán bombas
tan abundantes como gotas
de lluvia que esparcirán
mucha sangre inocente, y
otra vez la Humanidad será
azotada por crueles
desventuras que causarán
lutos, dolores y
pestilencias
irreprimibles, incluso por
parte de la más avanzada
ciencia médica. Esto
acontecerá, precisa
Nostradamus, cuando en el
cielo, por enésima vez,
aparezcan las estelas
luminosas de los misiles.
Algunos comentaristas han
interpretado esta cuarteta
como si fuese una profecía
cumplida ya en la Segunda
Guerra Mundial, cuando la
V1 y la V2 alemanas
surcaron el cielo de
Europa y sembraron, a su
paso, desolación, muerte y
ruina. Pero si bien no
faltaron durante aquella
contienda violentísimos
episodios que afectaron a
muchos inocentes y a
muchos pueblos indefensos,
es preciso tener en cuenta
las palabras que se
refieren al gran motor que
renueva los siglos y la
alusión que se hace a la
epidemia, que en realidad
no se declaró durante el
anterior conflicto. La
alusión al fin del mundo,
la referencia al ciclo
histórico en el que
actualmente vivimos hace
posible afirmar que este
martirio de la Humanidad,
aún no ha sucedido. Al
término de la predicción,
el mundo, dividido en
facciones y lacerado por
graves cismas, se hallará
inmerso en el más negro y
trágico caos.
Las mayores capitales del
mundo serán destruidas.
La ciudad que se indica en
la cuarteta ochenta y
cuatro de la Centuria III,
es, indudablemente, París,
cuya destrucción ha sido
también vaticinada por
otros videntes, entre los
cuales está San Juan
Bosco, quien en una carta
dirigida al entonces Papa
Pío IX, dice: «El Creador
se dará a conocer y
visitará París tres veces
con la vara de su enojo».
Después de haber exhortado
a los parisienses a que no
desprecien sus consejos,
concluye el Santo de esta
manera a propósito del
destino que les aguarda:
«Caerás, durante la
tercera visita, en manos
extranjeras y tus enemigos
mirarán desde lejos cómo
arden tus palacios,
reducidas tus moradas a un
montón de ruinas y
rociadas con la sangre de
tus prohombres que ya no
existen...».
Como puede verse,
concuerdan los vaticinios,
puesto que Nostradamus
afirma que la ciudad de
París quedará
completamente desolada y
sólo podrán habitarla
contados supervivientes.
Se derrumbarán los
edificios y la población
será exterminada con
hierro y fuego y nadie se
apiadará de los inermes y
de los pequeños; hasta los
templos serán violados por
la furia demoledora que
implacablemente se abatirá
sobre ellos. Y quienes se
libren de las armas,
morirán víctimas de la
epidemia que caerá sobre
la desgraciada metrópoli.
Por lo que respecta a
Londres, capital de la
nación que poseyó en su
día el más vasto de los
imperios coloniales,
Nostradamus predice
trescientos años de
dominio absoluto y de
próspero comercio marítimo
que disgustará a los
portugueses. Éstos habrán
de ceder a Albión el
predominio y la supremacía
de las Indias.
Y llegamos por fin a la
profecía que se refiere,
seguramente, a la ciudad
de Nueva York, la «gran
ciudad nueva» que será
atacada por un incendio
que podría estar
localizado en la zona de
40° de latitud. Esta
súbita llama envolverá
totalmente la ciudad que
saltará por el aire, hecha
añicos; lo cual sucederá
cuando se piense someter a
dura prueba a la gente del
norte de Europa,
probablemente los
alemanes. Hoy conocida y
afirmada profecía que data
del 11 de Septiembre de
2001 en el cual el
Atentado a las Torres
Gemelas es un hecho
histórico de gran pérdida
humana.
También Roma, la ciudad
eterna, se incluye entre
las ciudades que van a ser
destruidas. Leemos en la
cuarteta cien de la VI
Centuria:
Hija de la Aurora, asilo
del malsano,
Donde hasta el cielo se ve
el anfiteatro:
Prodigio visto, tu mal
está muy próximo,
Serás cautiva y veces más
de cuatro.
Esta profecía, en la que
el vidente llama a Roma
«hija de la Aurora»,
ciudad que levanta hacia
el cielo el anfiteatro del
coliseo, aconseja tener en
cuenta los próximos
desgraciados
acontecimientos que se
avecinan: la ciudad será
asediada más de cuatro
veces.
Para Roma, pues, el
destino no es el mismo que
el reservado a otras
grandes ciudades: no los
hombres, sino las fuerzas
de la Naturaleza, darán
cuenta de ella y de su
perversidad que consistirá
muy especialmente en haber
violado las mismas leyes
naturales.
Desde Sicilia, es decir,
desde aquel mismo lugar
donde Jasón hizo construir
sus naves, vendrá un
espantoso y súbito diluvio
del que nadie podrá
escapar. El terrible
cataclismo hinchará hasta
tal exceso las alborotadas
aguas del mar que éstas
llegarán a sumergir toda
la parte meridional de la
península italiana y la
furia de los desatados
elementos sólo se detendrá
al pie de las colinas
donde están los restos del
teatro romano de Fiesole,
en Toscana.
En este punto, la profecía
de Nostradamus sobre el
futuro que nos aguarda
parece decir que el mal
triunfará
inconteniblemente sobre la
tierra; por fortuna no
será así porque será de
escasa duración su
apoteosis. Se vislumbra ya
la última y definitiva
lucha entre los hijos de
las tinieblas, mandados
por el Anticristo y los
hijos de la Luz, guiados
por el Mesías.

Nostradamus: Explicaciones
de la Profecía del Triunfo
de la Gran Verdad.
Dice Nostradamus que
cuando el sol llegue al
20° del Toro, es decir, el
día once de mayo, la
Tierra temblará y tragará
a todos los espectadores;
mientras tanto el aire se
oscurecerá y caerán sobre
la Tierra las más densas
tinieblas y Dios, con sus
legiones de ángeles y de
santos, arrollará y
arrumbará totalmente a la
demoníaca criatura que
había querido escalar el
cielo. Acometido y atacado
por el rayo celeste, el
Anticristo se desplomará
en la arena a incapaz de
llevar a cabo las
maravillas de las que
había osado resumir, se
abismará en las entrañas
de la tierra, vencido y
derrotado. La justicia de
Dios se abatirá entonces
sobre los secuaces de
Satanás y causará entre
los hombres una terrible
carnicería. De esta manera
el gran nieto, es decir,
el Anticristo descendiente
de Satanás, será
constreñido a dejar la
Tierra para nunca jamás
volver a ella.
Entonces triunfará María,
Madre de Dios (a la que
Nostradamus indica como
una curiosa perífrasis,
siendo «maría» el plural
del nombre latino «mare»),
de la cual se ha dicho que
«las puertas del Infierno
no prevalecerán contra
ella».
El Anticristo,
descendiente de la tribu
(o califato) de Dan y su
inspirador, Satanás,
temblarán ante el juicio
que les espera.
Nostradamus ratifica y
sanciona la fecha dé
cuando va a suceder todo
esto: transcurridos veinte
años santos o jubilares,
lo cual equivale a decir
después de veinte siglos
de la fundación de la
Iglesia (indicada por el
vidente, como de
costumbre, con el nombre
de Luna, ya que Cristo es
el verdadero Sol que
ilumina con su luz a la
Iglesia, como el caso de
nuestro satélite), o sea
en el año siete mil del
calendario judío,
calculado a partir de la
expulsión de Adán y Eva
del paraíso. Aquel año,
otro retendrá la
monarquía; lo cual
significa que el sol
dejará de iluminar a la
Tierra; mi profecía
entonces añade Nostradamus
se habrá cumplido.
En aquel período próximo
al acabamiento del segundo
milenio, los muertos que
estarán en sus tumbas se
presentarán de nuevo ante
la presencia de Dios y las
espantosas hecatombes que
tanto habrán afligido y
atormentado al mundo
aparecerán como uno de los
medios purificadores de
los que Dios se ha valido
para realizar sus propios
designios y no ya como una
tragedia de la Humanidad,
salvada y redimida.
Un gran juez juzgará los
tiempos pasados, lo mismo
que el presente, y
pronunciará su sentencia
para los vivos y para los
muertos, y todos aquellos
que no comprendieron la
palabra de Dios serán por
Él repudiados.
Finalmente Nostradamus,
después de precisar que,
conscientes de lo que les
aguarda, los hombres
considerarán. El día de su
muerte no ya como algo
triste, sino como un
momento de gran regocijo y
como un nacimiento a la
vida espiritual, concluye
diciendo que el Espíritu
Santo llenará de gozo y de
felicidad a aquellas almas
que, por la victoria tan
meritoriamente alcanzada,
tendrán derecho a
contemplar en toda su
plenitud el esplendor del
Verbo.

PROFECÍAS DEL SIGLO XX
Nostradamus: Profecías de
Guerra y Paz (Guerras,
Revoluciones, etc.) de
Nostradamus.
Guerra y paz
Desde que terminó la
primera guerra mundial
hasta que estalló la
segunda, o sea, desde 1917
18 hasta 1939, los
principales
acontecimientos que
caracterizan este período
(período de tanta
importancia para nosotros
que puede aseverarse que
vivimos todavía hoy sus
consecuencias) fueron
descritos por Nostradamus
con absoluta precisión y,
a menudo, con
particularidades y
detalles que excluyen
cualquier posibilidad de
error en la interpretación
de cuanto nos legó el gran
vidente.
Dice la cuarteta sesenta y
tres de la I Centuria:
Los azotes pasados
disminuido el mundo,
Largo tiempo la paz,
tierras deshabitadas,
Hermana caminará por
cielo, tierra, mar y onda,
Después de nuevo las
guerras suscitadas.
Cuando los azotes de la
primera guerra mundial
terminen, el número de
habitantes del mundo habrá
disminuido: tal es el
significado del primer
verso; y reparemos que el
profeta habla de azotes en
plural, por lo cual
podemos pensar que se
refiere no sólo a la
guerra que estalló en
Europa, sino también a la
revolución rusa y a la
terrible y violenta
epidemia que se declaró en
España y se extendió por
otras naciones europeas,
causando entre la
población incontables
víctimas. En cuanto a las
tierras deshabitadas, no
es preciso esforzarse
demasiado para entender
que son las tierras que
con el paso de la guerra
quedaron estériles y
desoladas, como fueron,
por ejemplo, muchas
regiones de Franca, de
Rusia y de Polonia,
calcinadas por completo.
En este punto especifica
Nostradamus que durante el
período de paz que seguirá
a tanta desventura, una
«hermana» irá por el
cielo, tierra y onda.
A quién se refiere el
apelativo «hermana» consta
claramente en otra
cuarteta, la cuarta de la
IV Centuria:
El impotente Príncipe
enojado, lamentos y
querellas
De rapiñas y saqueos por
galos y por líbicos:
Grande es por tierra, en
mar infinitas velas.
Hermana Italia será
echando a los célticos.
Se describe aquí, en una
rápida visión, el período
de la historia italiana
que va aproximadamente
desde 1860 a 1870, y que
culminó con la ocupación
de Roma, que estaba
defendida por los zuavos,
franceses o libios. El
impotente Príncipe es
Francisco II de Borbón, el
«Grande» por la tierra es
Napoleón III y las
infinitas velas son las
flotas borbónicas,
francesa a inglesa, como
asimismo la italiana y la
austríaca, que surcaron,
durante aquellos años, el
Mediterráneo. «Hermana
Italia» es, pues, la frase
escogida para indicar que
se trata de esta nación; y
he aquí que por aquel
entonces Italia irá por
cielo, por mar, por tierra
y sobre la onda, que en
este caso es el éter,
dominado por la prodigiosa
invención de la radio.
Y luego, otra vez, las
guerras que vendrán a
turbar el equilibrio de
Europa tan difícilmente
conseguido y tan
precariamente consolidado.
Por otra parte, el Oriente
de Europa habrá conocido,
durante aquellos mismos
años, una convulsión
apocalíptica:
Al gran Imperio llegará
otro muy distinto
Bondad distante más de
felicidad:
Regido por uno salido no
lejos de la plebe,
Corromper reinos gran
infelicidad.
(CENTURIA VI, CUARTETA
LXVII)
¿Qué otra nación fuera de
Rusia estaba entonces
regida por la forma
imperial? Este gran
imperio estará regido,
pues, por un jefe bien
distinto, ya por censo, ya
por sangre, casi plebeyo
que se comportará tan
cruelmente como aquel a
quien ha derribado y se
seguirá de ahí una gran
tragedia para todas
aquellas naciones que,
siguiendo las huellas de
este gran imperio, se
corromperán por la nueva
doctrina.
Es extraordinariamente
interesante proseguir el
examen de las cuartetas
que se refieren también a
este acontecimiento:
Los dos malignos de
Escorpión conjuntos,
El gran Señor asesinado
dentro de la sala:
Peste a la Iglesia por el
nuevo Rey agregado,
La Europa baja y la
septentrional.
(CENTURIA I, CUARTETA LII)
Recordemos la historia: el
15 de marzo de 1917
abdicaba el Zar Nicolás II
y luego era detenido y
deportado con toda su
familia a Ekaterinenburg,
en Siberia; allí fue
asesinado el 16 de julio
de 1918, en la sala del
pabellón, corriendo
también la misma suerte
todos sus allegados.
Ahora bien, la cuarteta
dice que el asesinato se
cometerá bajo la enseña de
los dos malignos unidos
por Escorpión, es decir,
de Saturno y de Marte,
cuyos símbolos son la hoz
y el martillo, enlazados
para formar la figura de
Escorpión que, a su vez,
simboliza el error que
emponzoña a los pueblos
con doctrina y métodos
insidiosos y fraudulentos.
La cuarteta añade, además,
que esto acarreará
igualmente a la Iglesia
grave daño y en especial
el nuevo cabecilla que
cambiará la faz de Rusia;
sus acólitos perseguirán a
la religión en la Europa
meridional y
septentrional, como
realmente ocurrió en todo
el territorio ruso, en no
pocos países situados al
otro lado del telón de
acero y, durante el tiempo
de la guerra civil, en
España.
El cuadro de la revolución
rusa se completa con los
versos de la cuarteta
cincuenta y nueve de la
III Centuria, que dice:
Bárbaro imperio por el
tercero usurpado
La mayor parte de su
sangre condenar a muerte,
Por muerte senil, por él,
el cuarto atacado,
Por temor de que sangre
por otra sangre sea
muerta.
Si a primera vista parece
algo confuso el sentido,
es suficiente atenernos
brevemente en cada una de
las palabras para
desentrañar su
significado. El gran
imperio, después de la
usurpación del tercer
estado, o sea, la
burguesía, es llamado
bárbaro, porque,
efectivamente, a los
dirigentes de la época
zarista les sucedió una
clase de baja y mediana
burguesía que dio en
seguida pruebas de
crueldad y de barbarie,
llevando a cabo muchas
sangrientas depuraciones
en el seno de sus propios
adeptos; por lo cual,
transponiendo la frase,
conseguiríamos una mayor
coherencia de cuanto se
dice. La interpretación
podría ser ésta: el tercer
estado condenará a muerte
a una buena parte de los
de su propia sangre; y a
muchos de los del cuarto
estado, es decir, obreros,
campesinos y desheredados
de la fortuna, serán por
él perseguidos y
condenados mediante muerte
senil (que es el hambre),
indigencia y trabajos
forzados, y ello por temor
de que la sangre derramada
se vuelva contra ellos y
provoque otra sangre, o
dicho con otras palabras
más claras, para que no
estalle una reacción y una
abierta rebelión contra
los jerifaltes que tanta
sangre derramaron ya con
el fin de reafirmar el
nuevo régimen ruso.
Los principales
acontecimientos de nuestro
siglo son claramente
mencionados en los versos
del vidente. Veámoslo:
La cuarteta cincuenta y
cuatro de la Centuria dice
con claridad que a la
plaga de dos revoluciones
seguirá la explosión
nacional socialista de la
Alemania hitleriana.
Leemos a este propósito:
Dos revoluciones hechas
por el malvado hocero,
De reino y siglos hace
mutación,
El móvil signo en su lugar
se insiere,
A los dos iguales y de
inclinación.

Nostradamus: Profecías de
Guerra y Paz (Guerras,
Revoluciones, etc.) de
Nostradamus.
Cuando el malvado hocero,
es decir Saturno, que es
símbolo de la perversidad
y se identifica con la
hoz, habrá llevado a cabo
dos revoluciones, la
francesa y la rusa,
cambiarán, como
consecuencia, tiempos y
naciones. Aparecerá
entonces otro partido
revolucionario cuyo
símbolo será la señal
movible (la cruz gamada)
y, sustituyendo al
comunista, será semejante
a él en sus objetivos y en
sus métodos: la opresión y
la muerte para cuantos a
él se opongan.
La cuarteta cuarenta y
siete de la I Centuria se
refiere a la Sociedad de
las Naciones. Dice:
Del lago Leman los
discursos enojarán
Los días serán reducidos a
semanas,
Luego meses, luego años,
luego todos desfallecerán,
Los Magistrados serán
condenados por leyes
vanas.
La cuarteta es un juicio
nada halagüeño y más bien
severo de la labor llevada
a cabo por los ministros
reunidos en Ginebra, como
representantes de las
naciones del mundo: los
discursos que se
pronunciarán a orillas del
lago Leman, dice, cansarán
a todos y serán causa de
desunión y de fastidio;
los días serán como
semanas, después como
meses, como años; todos
abandonarán la lucha y al
final las propias leyes
que, por falta de un
espíritu superior, se
convertirán en letra
muerta, condenarán a los
mismos magistrados que las
elaboraron.
La cuarteta sexta de la V
Centuria es una clara
referencia a la
proclamación de Víctor
Manuel III como emperador:
Al Rey augur la mano
imponer sobre el jefe,
Vendrá a rogar por la paz
itálica:
A la mano izquierda
cambiará el cetro,
De Rey llegará a ser
Emperador pacífico.
Es asimismo muy importante
el anuncio en la cuarteta
ochenta y nueve de la II
Centuria, de dos
personajes destinados a
gobernar Europa
totalitariamente. La
transcribimos para
nuestros lectores:
Un día se repartirán el
mundo los dos grandes
maestros,
Su gran poder se verá
aumentado:
La tierra nueva estará en
sus poderosas, manos,
Los días del sanguinario
están contados.
Dos grandes maestros
subirán al poder del
Estado, es decir, serán
coronados de autoridad,
como se hace con una pieza
en el juego de damas; su
influencia política
aumentará
considerablemente.
Es clara la alusión a
Hitler y Mussolini,
maestros de escuela ambos
mientras que la Tierra
Nueva, América del Norte,
alarmada ante el
predominio de los dos
jefes sobre el resto de
Europa y de la peligrosa
extensión de sus
doctrinas, vigilarán el
número siempre creciente
de sus adeptos y
seguidores.
Sigamos viendo el
desarrollo de los sucesos
bélicos de los años 1941
1945, a través de una
serie de cuartetas que
vaticinan los principales
hechos (Centuria III,
cuarteta LXXI; Centuria II,
cuarteta V; Centuria IV,
cuarteta LXVIII).
Algunos versos no
necesitan explicación por
su claridad. Cuando los
habitantes de las islas,
después de un largo
asedio, hayan recobrado
fuerza y vigor, los
sitiadores de fuera serán
derrotados, y sufrirán de
nuevo y más que nunca.
En cuanto a las tentativas
de negociar la paz,
recordemos que en mayo de
1941 Rudolf Hess, enviado
especial de Hitler, partió
en avión para Inglaterra
con el encargo de entablar
negociaciones de Paz y
lograr posiblemente una
alianza contra la Rusia
Soviética. Con el mismo
fin, parece que también
había comunicación
epistolar secreta entre
diplomáticos italianos y
japoneses con los aliados;
tentativas que no dieron
resultado positivo, por lo
cual, como dice el
vidente, «muchos desearán
parlamentar con los
grandes señores que
llevaron la guerra a sus
hogares, pero nadie
absolutamente querrá
oírlos. ¡Ay, si Dios no
envía paz a la Tierra!».
En esta exclamación parece
encerrarse todo el horror
de quien, con cuatro
siglos de antelación sobre
la realidad de los hechos,
veía la espantosa
carnicería que iba a
seguir a estos vanos
esfuerzos de paz entre los
hombres.
El dolor por las
desventuras que van a caer
sobre la humanidad es
nuevamente vaticinado por
los versos en los que
Nostradamus dice que nunca
se vio una tal alianza y
amistad entre lobos que
correrán famélicos a
arremeter y despedazar la
codiciada presa.
Y hace una clara alusión
aquí a la guerra que se
endurecerá más y más,
empleando armas especiales
y nuevos inventos cada vez
más perfectos para lograr
la victoria sobre los
respectivos adversarios.
En pleno siglo XVI era de
todo punto imposible
imaginar un «pez de
hierro»; frase en la que
podemos ver una imagen de
los submarinos, cuya
torrecilla se abre y se
cierra como se abría en la
época de Nostradamus una
carta cerrada con un sello
lacre.
En el año en que los
habitantes de Saturno (o
sea, las naciones más
ricas), y los de Marte
(que podemos identificar
con las naciones
belicistas) se habrán
enzarzado en una terrible
guerra y estará el mundo
encendido en furia
devastadora, el aire
estará entonces seco (y de
hecho el verano de 1944
fue particularmente duro
para los pueblos envueltos
en la contienda) y se
emplearán fuegos secretos,
es decir, armas
desconocidas, a propulsión
especial, que describirán
una larga trayectoria y
provocarán incendios,
especialmente en una gran
ciudad. Vemos en todo ello
el devastador incendio de
Londres, provocado por los
alemanes con sus famosas
V1 y V2, las terribles
armas que destruyeron la
capital inglesa, dando
lugar a grandes
torbellinos y
desplazamientos de aire
(viento) a incendios
(calor).

Profecías de Guerra en
Oriente de Nostradamus,
todas las profecías que
corresponden al Siglo XX,
guerras, Francia, España,
Guerra Mundiales.
Profecías de Guerra en
Oriente de Nostradamus.
En la centuria I, cuarteta
LV, Nostradamus ubica en
Oriente Medio algunos
movimientos terroristas
que considera sectas,
palabra que se adecúa
perfectamente a todas las
milicias y facciones que
han ido apareciendo en
estos países, como por
ejemplo Setiembre Negro,
la Organización para la
Liberación de Palestina,
la Djihad Islámica o los
Revolucionarios de Egipto.
En esta misma cuarteta se
define la guerra entre
Irán a Irak, así como la
situación global en
Oriente Medio. «Habrá
efusión de sangre de
gentes que viven bajo el
clima opuesto a Irak,
hasta el punto que la
tierra, el mar, el aire y
el cielo traerán la
oscuridad cuando, durante
el hambre, las facciones,
los gobiernos serán
responsables de
pestilencia y de
confusión».
Esta es la acertadísima
interpretación que, de
esta cuarteta, ha llevado
a cabo Fontbrune en su
libro Los cometas y las
profecías. Nostradamus
describió en esta
cuarteta, de una forma
clara y precisa, la guerra
entre Irán a Irak.
Efectivamente, ésta
comenzó el 1 de Septiembre
de 1980, y produjo más de
500.000 muertos. El
presidente Saddam Hussein,
el día 17 de Septiembre
del mismo año, denunciaba
unilateralmente el acuerdo
firmado en Argel, con el
sha de Irán, el 6 de Marzo
de 1975, mediante el cual
el territorio quedaba
dividido en dos partes
iguales, atribuidas a los
dos países ribereños, la
vía fluvial formada por la
reunión del Tigris y el
Eufrates, denominada Chatt
el Arab.
Desde 1980 la guerra
estuvo encallada en las
marismas del Chatt el-Arab.
«Pestilencia» podría hacer
referencia a la
utilización de los gases
por Irak, y nos hace
pensar en las frecuentes
imágenes de soldados
iraníes abrasados o
ciegos. Desde 1980, como
todos sabemos por las
noticias que de estos
países nos llegaron, el
Irán bombardeó las grandes
ciudades de Irak con
cohetes.
Una fiel interpretación de
la centuria VIII, cuarteta
LXX, nos haría pensar que,
según Nostradamus, el
vencedor de este conflicto
sería Irán. Aunque luego,
por la historia hemos
visto que justamente
sucedió lo contrario.
«Entrará miserablemente,
malvado, infame,
tiranizando Mesopotamia».
La interpretación que da
Fontbrune de este trozo de
la cuarteta es que «el
jefe iraní» tiranizará
Irak (siempre teniendo en
cuenta que anteriormente
Irak era Mesopotamia,
entre el Tigris y el
Éufrates).
En cuanto a la guerra del
Golfo Pérsico, existen
indicios, frases, que
agrupadas bajo la idea del
conflicto bélico mundial,
fin de siglo, fin de
milenio, etc., podrían
tener un sentido y
hacernos creer que el
problema del Golfo estaba
ya en la mente del
profeta. De hecho, la III
guerra mundial podría
empezar empujada por la
acción de los ejércitos
árabes.
No obstante, la estrofa
XCIII de la tercera
centuria es clara al
respecto, y muy
concretamente en relación
al inicio del conflicto:
«Nueva ley, nueva tierra
ocupar». En otras estrofas
se anuncia el final del
conflicto: «Después de la
victoria (...) vencedor
sanguinario del conflicto
discurseará, asar la
lengua, la carne y los
huesos». (Centuria IV,
estrofa LVI).

PROFECÍAS DEL TERCER
MILENIO
Nostradamus: Profecía de
la "Cuarteta Fatídica"
Profecía de la Cuarta
Fatídica de Nostradamus,
las profecías que
Nostradamus sentenció en
sus Centurias para el
tercer milenio,
catástrofes, tiempos de
paz, Cuarteta fatídica.
El año mil novecientos
noventa y nueve
siete mes, del cielo vendrá un gran
Rey de espano:
Resucitar el gran Rey de
cuna Angélica,
Antes, después Marte,
reinar en buena
hora.
Muchos han especulado
sobre este augurio
concreto del profeta
francés, y cuando se entra
en el terreno de la
especulación es muy fácil
equivocarse. El
interpretar sus
predicciones aisladamente
ha llevado a bastantes al
error. Basándose en esta
cuarteta 72 de la Centuria
X, que corresponde a la
Profecía 989 del libro
“¡NOSTRADAMUS DESPIERTA!”,
y que contiene en su
primer verso una fecha
determinada, julio de
1999, han dado por hecho
que el vidente de Salón se
refería al final del
mundo, a la caída de un
asteroide que acabaría con
la Tierra, al eclipse y a
todo lo que se les ha
ocurrido. Así, por las
buenas. Todo falso.
Realmente, esta cuarteta
la puso Nostradamus para
marcar un tiempo “stop”.
Si se observa la fecha en
cuestión se verá que, en
1999, el número 1 es el
símbolo de la Divinidad,
como el 9 lo es de la
Humanidad. Julio es el mes
7 del año y el 7
simboliza, entre otras
cosas, “la plenitud”.
Significa, pues, este
verso, que ya se ha
llegado al tiempo límite
concedido por la Divinidad
a los hombres para
reflexionar sobre su forma
de obrar y rectificar su
conducta maligna. Quiere
decir que la paciencia de
Dios ya se ha terminado y
ahora la Humanidad tendrá
que enfrentarse a los
efectos de las causas que
ha provocado. Es el
momento en que el Sumo
Hacedor ha dicho “Alto” al
proceder inicuo de esta
raza, que se verá forzada
a recolectar los frutos
amargos de su obra
perversa.
A partir de ese mes, como
el hombre no ha
rectificado su conducta
maligna, comenzó el ocaso
de esta Humanidad,
simbolizado en el eclipse
solar. Desde ese momento,
las cosas irían de mal en
peor, y ya se está viendo
con los terremotos de
Turquía, Grecia, Taiwán,
México, los Ángeles, el
huracán Irene,
inundaciones en diversos
lugares, genocidio en
Timor, guerra en
Chechenia, desastres de
todo tipo, despertar de
volcanes, y un largo etc.
Lo que viene de camino,
hasta el final de todo,
será cada vez más amargo y
desolador.
Ya en esta situación, el
resto de la cuarteta no se
refiere, como comentan
algunos, a la venida de un
astro de terror, ni al de
Angulema, ni al gran
Mongol. La palabra “Angolmois”,
del texto francés, es una
fusión del apócope de “Angelique”,
Angélico, y “mois”, cuna.
El profeta escribió “Angelmois”,
cuna Angélica. Por tanto,
alude a que, en ese tiempo
de julio de 1999,
comienzan a hacerse los
preparativos de la Venida
del Hijo del Hombre, el
Rey de Cuna Angélica, el
que dijo “Mi Reino no es
de este mundo”, que será
esplendorosa, pero llevará
el terror a muchos, pues
el Rey del Cielo vendrá
escoltado por las milicias
celestes en miles de
platillos volantes (los
“caballos blancos” del
Apocalipsis), y numerosa
gente temerá una invasión
Extraterrestre, tras la
psicosis creada por tantos
partidarios de confundir.
Antes y después de esta
Parusía habrá guerra, y
luego Jesús reinará en
buena hora con los Justos
en el Mundo Nuevo. Es de
desear que esta cuarteta,
considerada hasta hoy como
“fatídica”, quede
definitivamente aclarada.

Nostradamus: Profecía de
la "Tierra Amenazada y la
Falsa Paz"
Muy pocos son los que han
querido darse cuenta de la
terrible amenaza que se
cierne sobre la Tierra. Un
planeta acosado por
genocidios diabólicos, con
el riesgo continuo de una
nueva hecatombe mundial.
En los albores del III
Milenio, la morada madre
está devastada por la
destrucción y el saqueo de
sus recursos naturales.
Víctima de la
irracionalidad de las
irresponsables
concentraciones humanas,
de los excesos de los que
tienen de sobra de todo y
oyendo el clamor de tantos
que no tienen nada. Todas
las profecías hablan de
una Tierra amenazada por
la saturación del deseo
sensual, obsceno y
lujurioso, por una
civilización mecanizada
carente de objetivos
superiores, hostigada por
la falta de amor, por la
implacable corrupción de
la inocencia, porque
murieron los ideales de
muchos y ya no hay
esperanza entre los
hombres.
- ¿Quiénes tienen la
culpa?
- ¿Quiénes son los
responsables?
- ¿Quiénes son los que van
a pagar por ello?
- ¿Tan difícil de
comprender es esto?
LA FALSA PAZ
Las mil cuartetas que
componen la obra esencial
de Nostradamus están
colocadas en su totalidad,
en “¡NOSTRADAMUS
DESPIERTA!”, en riguroso
orden cronológico, desde
el año 1.556 hasta el Fin
de esta Humanidad, ya muy
cercano. La Historia ya ha
confirmado 820 de esas
cuartetas, y en las 180
restantes el vidente
francés profetiza un
inquietante futuro en el
que, entre otros
acontecimientos
estremecedores, sucederán:
1.- Una guerra en el
Mediterráneo entre
cristianos, árabes e
israelitas.
2.- El asesinato del Rey
Juan Carlos I de España.
3.- Un Golpe de Estado que
acabará con la democracia
española.
4.- La Tercera Guerra
Mundial asolará al mundo.
5.- Los Papas “De Gloria
Olivae” y Juan Pablo, que
reinarán a la vez, serán
asesinados, después que
Caros Vojtyla abandone la
sede romana y la traslade
a otro lugar.
6.- París, Roma, Nueva
York, Los Ángeles, San
Francisco y otras grandes
ciudades serán destruidas
por guerras o cataclismos.
7.- Guerra entre China y
Occidente.
8.- La Segunda Venida de
Jesús.
9.- Una gran manifestación
Extraterrestre.
10.- Final del Anticristo.
11.- Descenso de la gran
cosmonave “La Nueva
Jerusalén”.
12.- Rescate y evacuación
de los Elegidos.
13.- Oscurecimiento del
Sol y de la Luna.
14.- Venida del gigantesco
astro “Hercólubus”, que
variará el Eje de la
Tierra y será el detonador
del final de esta raza.
El tiempo transcurre en
relativa calma por ahora,
pero es una calma aparente
cuando estamos llegando a
los comienzos del III
Milenio. En el fondo de
los corazones de los
hombres anida el odio y la
venganza. Está muy cercano
el día, entrado ya el año
2.000, en que este odio
acumulado se desbordará y
causará estragos en los
moradores de este mundo,
porque la maldad está
oculta en el interior de
muchos, que ya tienen
planeado utilizar sus
inventos bélicos para
dominar y matar a seres
inocentes. Ya nada les
detendrá, aunque caerán
aplastados por esa
perversidad que ellos
mismos han ido alimentando
en su osadía y temeridad,
al querer conseguir algo,
que sólo con amor y
humildad se puede lograr.
Los buenos se purificarán.
Los malos, se perderán.
Tómese nota de esta
advertencia.

Nostradamus: Profecía del
"Hercólubus"
La Profecía 996 (Centuria
I, cuarteta 84), que se
refiere al Oscurecimiento
del Sol y de la Luna, dice
así:
La Luna oscurecida en
profundas
tinieblas,
Su hermano (el Sol) pasará
a estar de
color ferruginoso,
El grande oculto largo
tiempo bajo
las tinieblas,
Entibiará hierro en la
presa
sanguinolenta.
El defecto luminoso dará
lugar a los días de
oscuridad, en los que el
gran planeta Hercólubus
dejará de estar escondido
en las tinieblas
estelares, para, después
de más de 25.000 años,
aparecer de nuevo y
arrastrar con su masa de
hierro magnetizado las
Almas de los impíos
muertos en esos días en
que ya no brillarán las
luminarias del cielo,
arrastrándolas con él para
que comiencen de nuevo la
ascensión espiritual en su
hábitat primario.
El astro Hercólubus ya ha
sido detectado por la
Ciencia terrestre, aunque
casi todos los científicos
lo han ocultado. En el
Canal 4 de la Televisión
de Puerto Rico, el 28 de
junio de 1.999, el Sr.
Carlos Muñoz Ferrada,
prestigioso astrónomo,
sismólogo y científico de
Chile, dio a conocer las
características de este
“Planeta-Cometa”: 1ª.-
Tiene órbita elíptica como
cometa y gran masa como
planeta, o sea un planeta
con cola. 2ª.- Se acerca
cargado de energía
cósmica. 3ª.- No cumple
con las leyes celestes
establecidas. 4ª.- Viaja
entre nuestro Sol y un Sol
Negro que se encuentra a
32 billones de Kms. 5ª.-
Pasará a 14 millones de
Kms. de la Tierra. 6ª.-
Terminará por penetrar en
nuestro Sistema Solar y
podrá ser visto a simple
vista y fotografiado. 7ª.-
Su llegada causará un
cambio geofísico y humano,
trayendo el cambio y la
destrucción.

Nostradamus: Profecía de
los "Tiempos Finales"
Profecía de los Tiempos
Finales de Nostradamus,
las profecías que
Nostradamus sentenció en
sus Centurias para el
tercer milenio,
catástrofes, y Profecía de
los Tiempos Finales de
Nostradamus.
Nos acercamos al Tercer
Milenio y al año final del
siglo XX. Ya entramos en
la Era de Acuario hace
algún tiempo. Ahora, todo
será como un parto
venturoso: primero el
dolor y luego el gozo por
el hombre nuevo. Pero, no
hay que olvidar que fue
dicho y escrito: “Los
vivos tendrán envidia de
los muertos por las
terribles cosas que
tendrán que contemplar.
Hay que leer las profecías
999 (X-98) y 1.000 (II-45)
de Nostradamus, que hablan
de la Tierra sin Luz y del
Fin de la Generación
homicida, respectivamente,
para comprender que el
cambio de Ciclo de esta
Humanidad, que podía haber
sido armonioso, será
terrible y traumático.
Sólo se salvarán los
Designados. Los demás,
morirán. Eso debe quedar
claro. Esos Elegidos
rescatados serán los que,
una vez purificada la
Tierra, volverán y
renovarán la raza humana,
formando una nueva
Generación que sabrá vivir
con Justicia, Amor, Paz y
Fraternidad Universal.
Así, durante mil años
aproximadamente. Luego,
volverá a ser soltado el
Tentador.
Todos los profetas hablan
de esa Era de Oro, que
será después de los años
de la Gran Tribulación, de
purificarse este mundo y
de estar en condiciones de
ser, de nuevo, habitable.
Fijar un año concreto que
determine el momento del
comienzo de la
purificación y de la
renovación es difícil,
pues esto está sujeto a
los flujos y reflujos del
comportamiento de esta
Humanidad que, como
colectivo tiene un gran
poder. Parravicini marca a
partir del 2.002. Juan
XXIII sobre el 2.003. El
calendario maya, el 2.012.
Nostradamus le dice a
Enrique II que “cuando sea
renovado otro Ciclo de
Saturno” (en la primera
década del III Milenio).
Hágase un promedio y tal
vez podrá intuirse una
fecha aproximada, siempre
cerca ya. De todas formas,
no es bueno dejarse
condicionar por el tiempo,
sino considerar los hechos
e intentar mejorar como
persona en lo posible. Es
mejor llegar al final con
esperanza, que con
impaciencia y
desesperación.
Llega la hora, sí, de que
se tenga gran dolor y
llanto, pero el que se
conozca bien y sepa lo que
va a suceder, intentará
tomar cada vez más
conciencia de aquello que
puede hacerle daño y
aprenderá a evitarlo,
procurando hacerse fuerte
en el Espíritu. En esta
época en que transcurre ya
la vida, no será fácil
pasar un solo día sin
angustia o sin
sufrimiento. Por eso, la
ley del corazón deberá
hacer de lo malo, bueno, y
de lo bueno, duplicarlo en
su valor. Hay que armarse
de amor, paciencia,
resignación y fortaleza, y
sobre todo, de esperanza,
porque el sentido del
sentimiento humanitario se
despertará en la Nueva
Era, de la que muchos
podrán ser artífices, si
son capaces de superar
totalmente el egoísmo, que
es el principal mal de
ahora.
Nostradamus: Profecía del
"Futuro de España"
España también sufrirá por
haberse olvidado de Dios.
Su Rey será asesinado,
hecho expreso en las dos
cuartetas siguientes:
Profecía 873 (II-20)
Hermanos y hermanas en
diversos
lugares atraídos,
Se encontrarán pasando
cerca del
monarca:
Con templarán sus rasgos
atentos,
Deplorando ver las marcas
en
mentón, frente, nariz.
Profecía 874 (X-43)
El demasiado buen tiempo
de
demasiada bondad real,
Hace y deshace con súbita
negligencia:
Ligero creerá el fallo de
la democracia
leal,
Él puesto en muerte por su
benevolencia.
Después del atentado
mortal contra el Rey, un
Golpe de Estado Militar
acabará con la democracia
española y vendrán otra
vez tiempos de dictadura,
en el transcurso de la
cual, grandes desastres
pondrán a prueba a la
población hispana.

Nostradamus: Profecía de
"Lo Más Urgente"
Fue dicho y está escrito,
que el Hombre ha nacido
libre, con el signo de la
infinitud sobre su
destino,
independientemente de los
márgenes aparentes del
nacimiento y de la muerte,
entre los que transcurre
una fase del aprendizaje
de su Espíritu, a la que
él llama Vida o
existencia. Dios le creó a
su imagen y semejanza,
pero él ha elegido
libremente ser como es y
seguir por el camino
oscuro. Y eso es lo que no
puede ser.
La Esencia Divina, siempre
justa y equitativa, pero
también siempre
misericordiosa, hace casi
dos mil años concedió al
Ser Humano una fuerza
ascensional con
Jesús-Cristo y le avisó en
el Apocalipsis del riesgo
que corría si perseveraba
en su proceder inicuo y lo
incrementaba, como lo ha
hecho, siglo tras siglo.
El cambio de Ciclo estaba
próximo a llegar y de él
dependía que fuera
indoloro y armónico o
fuertemente traumático. Es
la alternativa que suele
repetirse en el devenir de
esta célula del Cosmos, y
el Ser Humano tiene la
prerrogativa de elegir.
Queda sólo tiempo de
buscar a Dios con
urgencia. De tratar de
sentirlo en lo profundo
del corazón, implorando Su
perdón, haciendo
penitencia y transmutando
las conductas erradas que
impiden la limpieza del
Alma. Cuán hermoso sería
que, ante la lectura y
escucha de las profecías
del porvenir cercano,
millones y millones de
criaturas del planeta
Tierra rectificaran sus
comportamientos y
cambiaran lo negativo de
su interior en positivo.
Volvería a repetirse, sin
duda, el milagro de la
sensata ciudad de Nínive,
y ocurriría, de nuevo,
como en el caso del
bíblico profeta Jonás. Así
sea.
FIAT LUX
AMONRA CHILE UNA LUZ EN
VUESTRO CAMINO.
SANTIAGO DE CHILE. JUNIO
2010
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ
DE ORO
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO.
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y
EN LA TIERRA.
POR UNA ALIANZA
FORTALECIDA EN LA
CONSERVACIÓN
A LO QUE NUESTRO PADRE DE
LOS MUNDOS
NOS HA DADO COMO HERENCIA
KARMICA
TRABAJANDO POR LA
CONTINUIDAD DE LA VIDA.
|