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En
el planeta y el ser humano podemos ver la desarmonía y las enfermedades
causadas por los siete rayos al estar las conciencias desequilibradas.
Quienes
han estudiado astrología esotérica saben que nuestro planeta tierra no
es un "Planeta Sagrado"; para comprender esto vasta echarle
una mirada al mundo y a la humanidad en general y nos daremos cuenta de
la imperfección en que vivimos. El ser humano utiliza energías
de diferente tipo en forma negativa ,estando "contaminadas de imperfecciones",
Nuestro suelo que pisamos lo está por diversos gérmenes;
el aire pierde rápidamente su pureza; las aguas están contaminadas
y el poder del fuego es mal utilizado, sembrando destrucción y
muerte. Cuatro energías mal aplicadas que, a nivel mundial, nos
están acorralando. Si el ser humano tuviese acceso a la quinta
energía podría con su poder destruir el planeta, catástrofe
que podemos evitar. En esta nueva era que se inicia se hará público
el conocimiento esotérico, pero se deberá tener mucho cuidado
de no hacer públicos los métodos por los cuales se puedan
manipular los fuerzas sutiles de la naturaleza; una cosa es poseer el
conocimiento y otra es aplicarlo. La ciencia esotérica de las fuerzas
y energías sutiles de la naturaleza deben ser dadas al hombre que
posea los cuatro principios que lo hacen Inofensivo. Estos son: Sathya,
Dharma, Shanti y Prema. Por ahora debe perfeccionarse, porque solo cuando
esté en esas condiciones se le otorgará el poder de amor,
sabiduría, medio por el cual ha de redimirse. Pero si la humanidad
persiste en el camino del mal y no hace caso a la voz de los maestros,
perecerá por el poder del fuego, así como por el poder del
agua lo fue el cataclismo ocurrido a la Atlántida.
Por lo anteriormente expuesto, vemos que los siete tipos
de energía que predominan en el hombre al ser mal utilizadas producen
y acarrean taras, enfermedades y catástrofes.
Para que cada persona pueda sacar una conclusión
acerca del rayo al cual pertenece, diremos que es necesario determinaren
qué nivel de conciencia se encuentra, si pertenece a la masa común
humana, si es una persona que vive centrada arriba del diafragma y es
un iniciado al servicio de la jerarquía. Para determinar esto debemos
recurrir a la astrología esotérica, ciencia secreta puesta
al servicio de quienes profesan la vida del alma.
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Como ya lo hemos explicado, los siete tipos de energía que predominan
en el hombre al ser mal utilizadas producen y acarrean taras, enfermedades
y catástrofes, así tenemos que en el:
PRIMER RAYO: Produce,
al ser imperfectamente utilizado, una peculiar situación que se
manifiesta en el poder de endurecer, traer tribulaciones y causar el gran
proceso de abstracción llamado muerte. Otros de sus resultados
en la forma física son los innumerables procesos de cristalización,
como el atrofiamiento y la vejez. Se dice que la muerte es Su don a la
vida.
SEGUNDO RAYO: La
imperfección de esta gran energía, con su potencia constructora,
vitalizadora y cohesiva fue y es el poder para sobrestimular, acrecentar,
acumular y construir demasiadas formas; atraer demasiados átomos
y producir esas condiciones que conducen a lo que se ha denominado (esotéricamente)
"la sofocación de la vida" , otra forma de morir, pero
morir como resultado de una excesiva vitalidad, afectando la corriente
sanguínea, construyendo dentro de las formas ya construidas y creando
frecuentemente un vehículo etérico demasiado poderoso para
la exotérica forma física externa. Otras secuelas son, por
ejemplo, la aparición de tumores, cáncer, excrecencias,
dilatación de órganos y desarrollo supernumerario de partes
corporales o Este Rayo derrama abundante energía, energetiza todas
las formas, produciendo un desmesurado movimiento, interminable expansión,
abundante crecimiento e indebido apresuramiento., Se dice que quiere todo,
desea todo, atrae todo y da demasiado a todos.
TERCER
RAYO: La Energía de Tercer Rayo es la energía
de la sustancia misma; sus imperfecciones se demuestran profusamente en
la tendencia humana a la enfermedad. La ilusión es el resultado
del espejismo debido al exagerado empleo de la energía de este
Rayo para fines egoístas y personales, manifestándose primordialmente
en el Sexto Plano o Astral. Como consecuencia de esta manipulación
del deseo y las incontroladas maniobras para satisfacerlo en líneas
materiales, se producen dolencias tales como el desorden gástrico
e intestinal y los distintos trastornos estomacales que devastan a la
humanidad civilizada, mucho más que a las razas salvajes. Ciertos
desórdenes cerebrales y la poca vitalidad son también sus
efectos.
CUARTO RAYO: Los
conflictos que la humanidad está librando constantemente, tanto
en forma grupal como individual, conducen hasta que se los comprenda y
emplee como medios para triunfar y progresar a una constante desvitalizaclón.
Cuando esta se produce, desaparece la resistencia a la enfermedad; entonces
tenemos prácticamente toda clase de dolencias corpóreas
o La difusión de energía produce una constante disminución
de esta resistencia. Como resultado tenemos debilidad, rápida y
mala reacción a las dolencias nativas en el planeta mismo, como
también la pronta adquisición de enfermedades infecciosas
o contagiosas. Esta energía se halla detrás de lo que denominamos
epidemias donde la influenza constituye una de las principales manifestaciones.
QUINTO RAYO :
La actividad de esta energía se expresa principalmente en el quinto
Plano o Mental, ahí se encuentran el origen de ciertas lesiones
cerebrales, de muchos desórdenes sicológicos y trastornos
mentales. Entre ellos están las insanías y la imbecibilidad, siendo
esta el efecto de las brechas entre el cuerpo físico y los cuerpos
sutiles. Otra dolencia que se manifiesta debí do a esta fuerza
es la hemicránea, causada por la falta de relación entre
las energías que se hallan alrededor de la glándula Pineal
y el cuerpo Pituitario. La característica sobresaliente de este
quinto tipo de Energía es la separación, separación
dentro del individuo o entre el individuo y su grupo, transformándolo
en adversario de la sociedad.
SEXTO RAYO: En forma
bastante curiosa la potencia de esta fuerza del Sexto Rayo (a medida que
nutre el deseo) es responsable de la mayor parte de las enfermedades de
la humanidad, basadas en la tergiversación de la misión
y función del sexo .El deseo, el azoramiento, las debilidades,
las perversiones y el desarrollo unilateral del sexo y otras satisfacciones,
surgen por el mal empleo de esta energía. El azoramiento originado
por el deseo conduce a exigir violentamente una satisfacción y
a dar esos pasos que correctos e incorrectos proporcionan satisfacción.
Las secuelas abarcan un amplio campo, desde la crueldad sádica
y la lujuria hasta aquellos matrimonios contraída por el deseo
físico, incluyendo desde luego los estados que conducen a muchos
males de índole sexual.
SÉPTIMO RAYO: Los efectos de esta fuerza son muy peculiares
y prevalecerán mucho más que antes, ya que el Séptimo
Rayo está ahora entrando en acción. Esta energía
es ampliamente responsable de las infecciones o contagios. La nota clave
del trabajo que realiza el Séptimo Rayo consiste en reunir la Vida
y la materia en el plano físico. Sin embarco, cuando se lo observa
desde el ángulo de la imperfección constituye la reunión
de la Vida, las vidas y la vivencia general del proceso creador. Esto
se halla simbolizado en la promiscuidad y la incesante interacción
de toda vida dentro de todas las vidas. Sus efectos son la actividad que
despliegan todos los gérmenes y bacterias dentro del medio que
mejor los nutrirá.
La
enfermedad y la mala salud en general son el resultado de la actividad
o inactividad de cualesquiera de los Siete Tipos de Energía cuando
actúan sobre el cuerpo humano. Toda dolencia física surge
de impacto de esas energías imperfectas cuando golpean, penetran
y atraviesan los centros del cuerpo. Todo depende de las condiciones de
los Siete Centros del cuerpo humano; a través de estos actúan
las energías impersonales, llevando vida, enfermedad o muerte.
estimulando la imperfecciones del cuerpo o dándole salud. Todo
está subordinado, en lo que concierne al ser humano, a la condición
del cuerpo físico, la edad del Alma y de las posibilidades kármicas.
Se debe tener presente que el actual Sistema Solar es el segundo y que
en el primero se destacó un materialismo inteligente; la metía
de los Iniciados más elevados consistía en obtener completo
control sobre la materia, desarrollar el principio mental y evidenciar
un definido materialismo. En aquellos distantes "eones" se marcó
su realización, mientras que en el actual Sistema Solar se señala
su derrota para la humanidad.
Este Sistema con todos sus planetas y nuestra Tierra tienen una meta
diferente, porque el segundo Aspecto Divino de Amor-Sabiduría debe
ser manifestado por medio de la materia impregnada de las cualidades desarrolladas
en el primer Sistema Solar. Lo que fue perfección en aquel entonces
no lo es ahora. Se dice que el cuerpo físico no es un principio;
en el anterior Sistema Solar lo fue. En la actualidad los principios son
diferentes. |