EL SOLSTICIO DE
INVIERNO
A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.

INTRODUCCIÓN
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El
Sol es un símbolo masónico
de suma importancia. La
Logia que, entre otros,
simboliza también al
Universo, con su piso
terrenal y su techo
celestial. El Venerable
Maestro que ilumina
simbólicamente con su
Sabiduría todo el Taller,
representa al Sol en su
nacer. El V:. M:. Dirige
la Logia desde su sitial
en el Oriente, fuente de
la Luz, al igual que el
Sol qué comienza su
esplendor desde el
Oriente; El Primer Vig:.
Simboliza al Sol en su
ocaso al Occidente y el
Segundo Vigilante
simboliza al Sol al
Mediodía.
Siendo la Naturaleza el
marco de acción del Masón
y los fenómenos naturales,
fuentes de estudio e
inspiración, no podía
estar la Orden ajena al
fenómeno natural del
recorrido elíptico del
Astro Rey destacando la
coincidencia de que sus
puntos más lejanos y
distantes del Ecuador,
coinciden con cambios
naturales de las dos
opuestas Estaciones, el
Invierno y el Verano,
símbolos también de la
contradicción, la
dualidad, representados
estos opuestos conceptos,
en el piso cuadriculado
del Taller, de la Logia,
el Blanco y el Negro. De
estas concepciones emana
la importancia de los
festejos masónicos de los
Solsticios.
El cosmos se refleja en el
Templo, el Templo en la
Logia y el iniciado Masón
en ésta; la Logia es en
definitiva el lugar donde
Cielo y Tierra, Dios y el
Hombre, se encuentran,
deviniendo un soporte para
la meditación y un espacio
sagrado, tanto en el
tiempo como en el espacio.
Si pues todo lo que
conforma una Logia
simboliza el orden y los
elementos que conforman el
Cosmos, y el misterio que
revelan debe cumplirse en
el interior del iniciado,
está claro que el rito,
que no es sino el símbolo
mismo en movimiento, tiene
la finalidad de hacer
participar al iniciado en
el misterio de la
creación, conservación y
destrucción de ese mismo
Cosmos, para llegar a
comprender las leyes que
rigen la existencia y a él
mismo, para conociéndolas
trascenderlas y llegar al
centro de ese misterio
cuya revelación se celebra
en lo profundo de su
corazón, allí donde se
encuentra la puerta que
comunica con el auténtico
ser primordial.
Los maestros coinciden en
que para realizar la Obra
basta imitar a la
Naturaleza, y esto es lo
que se proponen
determinados ritos que los
masones celebramos.
Retomado por la tradición
cristiana, el Juno romano,
dios bifronte patrón de
los constructores, Señor
del Tiempo y dueño de las
llaves que abren las
puertas de la iniciación,
se desdoblan en los dos
San Juan; San Juan
Bautista, el que debe
menguar, presidiendo el
solsticio de verano y la
puerta de los hombres, es
decir el acceso a la
iniciación, y San Juan
Evangelista, receptor de
la enseñanza esotérica de
Cristo, el que debe
crecer, presidiendo la
puerta de los dioses, que
representa la salida por
la vertical de la cueva iniciática, cuyo acceso
sólo es posible para
aquellos que han realizado
la primera parte de la
iniciación, lo que se
conviene en llamar “los
pequeños misterios”.
Los Solsticios determinan
las dos grandes fases en
que la naturaleza ofrece
los cambios y contrastes
más notables y opuestos:
fenómenos sorprendentes
siempre admirables que,
bajo distintas formas y
alegorías, han conmemorado
todos los pueblos. En el
Solsticio de Verano,
aparece la naturaleza en
su mayor esplendor, los
rayos vivificantes del Sol
derraman por doquier
brillantez, lozanía,
hermosura y vigor; dan
fertilidad a los campos,
verdor a las praderas,
colorido a las flores,
existencia y calor a los
seres y diafanidad a los
cielos. En el Solsticio de
Invierno, al alejarse el
Sol de nuestro Cenit para
prodigar sus rayos
fecundadores en otro
hemisferio, nuestros
campos pierden sus mantos
de esmeralda, nuestro
Cielo se cubre de brumas;
el cierzo paraliza el
crecimiento de las
plantas, al detener la
circulación de la savia
que las nutre y la
tristeza tiende por todas
partes su cendal grisáceo.
Y es que El Astro
Fulgente, que rige los
destinos cósmicos de
nuestro planeta,
obedeciendo leyes
universales, llega a un
grado de declinación
meridional respecto de
nuestro horizonte, que
solo nos manda brillo
apagado de mortecina luz.

EL SOLSTICIO DE INVIERNO
En el solsticio de
invierno, hacia el 21 de
junio, el Sol alcanza su
mínima altura en el
hemisferio sur y señala el
comienzo del invierno,
Este día, en el hemisferio
sur de la Tierra, nos
encontramos recibiendo los
rayos solares con su
máxima inclinación, es
decir los más lejanos y
los más débiles del año,
apenas dan calor a nuestro
hemisferio.
Así se entiende la
Eclíptica; el círculo
máximo de la trayectoria
anual aparente del Sol en
la esfera celeste, tal y
como se ve desde la
Tierra. Se denomina así
debido a que los eclipses
tienen lugar solamente
cuando la Luna se
encuentra en esta
trayectoria o cerca de
ella. El plano de esta
trayectoria, llamado plano
de la eclíptica, forma con
el plano del ecuador
celeste (proyección del
ecuador terrestre en la
esfera celeste) un ángulo
de 23°27’.
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En astrología, la
eclíptica se divide en
doce arcos de 30° llamados
signos del zodíaco. A
estos signos, o "casas del
cielo", se les da el
nombre de las
constelaciones por las que
pasa la eclíptica. Es
decir entre estas cuatro
estaciones se ubican los
12 signos del zodiaco.
El Zodíaco, es un cinturón
imaginario en la esfera
celeste, que se extiende
aproximadamente 8° a uno y
otro lado de la eclíptica,
trayectoria aparente del
Sol sobre la bóveda
celeste. La anchura del
zodíaco se determinó,
originalmente, incluyendo
las órbitas del Sol y la
Luna y las de los cinco
planetas conocidos por los
pueblos de la antigüedad
(Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno). El
zodíaco se divide en 12
secciones de 30° cada una,
a las que llamamos signos
del zodíaco. Comienza en
el equinoccio de primavera
y continúa hacia el este a
lo largo de la eclíptica y
cada una de sus secciones
recibe el nombre de la
constelación que estaba
situada dentro de sus
límites en el siglo II a.C.
Los nombres de los signos
del zodíaco son: Aries,
Tauro, Géminis, Cáncer,
Leo, Virgo, Libra,
Escorpión, Sagitario,
Capricornio, Acuario y
Piscis. |
Se cree que los signos del
zodíaco tuvieron su origen
en Mesopotamia hacia el
año 2000 a.C. Los griegos
adoptaron los símbolos de
los pueblos babilónicos y
se los transmitieron a
otras civilizaciones de la
antigüedad.
El Diccionario
Enciclopédico de la
Masonería, nos dice:
Solsticios – La época en
que el Sol entra en los
signos de Cáncer y
Capricornio, o sea en que
llega a su máxima
declinación septentrional
y meridional.- Las Fiestas
Solsticiales se celebran
anualmente en forma
solemnemente, dedicada la
primera al Reconocimiento,
y a la Esperanza la
segunda. Se conocen como
fiestas de San Juan.
El Solsticio de Verano, es
llamado también, el
solsticio de San Juan
Bautista y el Solsticio de
Invierno, se le conoce
además, por el solsticio
de San Juan El
Evangelista, en
conmemoración a San Juan
nacido el 21 de junio y a
quien se le conocía como
el bautista por haber
bautizado al Maestro de
Maestros y el segundo, San
Juan el Evangelista, quien
escribió un evangelio y
nació a finales de
diciembre. En el solsticio
de verano (H:SUR), hacia
el 21 y 22 de junio, el
Sol alcanza su mínima
altura en el hemisferio
sur y señala el comienzo
del invierno. Como es
obvio estas estaciones se
encuentran invertidas en
el hemisferio norte.
Las Antiguas Escuelas de
Misterios enseñaban un
sistema peculiar de
moralidad, velado en
alegorías e ilustrado por
símbolos. La moralidad se
relaciona o actúa sobre la
mente, carácter o
voluntad. Pero como
recientemente vimos,
nuestra mente está bajo la
influencia no solo del
medio ambiente que nos
rodea, pero también de
todo el Universo.
"Como arriba, así es
abajo" es uno de las leyes
universales más
importantes. Nos enseña
que como partes del
Universo, no solo estamos
bajo su influencia, pero
también bajo sus leyes.
Para actuar correctamente
o para relacionarnos con
nuestra mente, carácter o
voluntad, necesitamos
conocer las leyes que
regulan el Universo.
Los antepasados se dieron
cuenta de los cambios en
el cielo y a través de
estos aprendieron el
concepto del tiempo, que
los ayudó a desarrollar su
agricultura, crítica para
su desarrollo.
En el Templo del Rey
Salomón, así como en todos
los Templos de la
antigüedad, la entrada del
Templo estaba en el este
en donde había dos
pilares, uno a cada lado
de la puerta principal. Un
pilar marcaba la esquina
Noreste y el otro la
esquina Sureste. En los
Templos egipcios, el sol
al lado se encontraba
sobre la puerta principal.
La importancia de la
esquina Noreste era que se
empleaba para marcar el
Solsticio de verano, una
de las festividades más
importantes en el mundo
antiguo. La fachada de los
Templos antiguos estaba
siempre dirigidas al Este,
para recibir los rayos del
Sol naciente, así si la
columna del Noreste estaba
bien alineada con el punto
donde el Sol nacía, este
sería el instrumento para
determinar el Solsticio de
verano. Lo mismo se
aplicaba para la columna
del Sureste, si estaba
bien alineada, marcaría el
punto donde el Sol nacía
en el Solsticio de
invierno.
Si trazamos una línea
desde el punto donde el
Sol nace en el Solsticio
de invierno, cruzando la
columna Sureste, y otra
línea desde el punto donde
el Sol nace en el
Solsticio de verano,
cruzando la columna
Noreste, ambas líneas se
juntarán en un punto
situado en el centro de
una estructura formada por
dos cubos. Esto desde
luego varía de acuerdo a
la latitud en donde nos
encontremos, pero es
válido para lugares como
Egipto, Grecia, Babilonia
y otros con latitudes
similares.
Si en la esquina Noreste
así como en la esquina
Sureste, se colocan dos
columnas, como en los
Templos antiguos, la
sombra de las columnas
serán las líneas que
pasarán por el centro del
edificio. si en dicha
estructura, en forma de un
doble cubo, el piso tiene
líneas en las direcciones
de las sombras de las
columnas durante los
solsticios, tenemos un
instrumento no solo para
medir los Solsticios y los
Equinoccios, los días
cuando el Sol nace justo
enfrente del edificio,
pero también la duración
del año y los ciclos de la
Luna.
Los Solsticios marcan los
días cuando el Sol cambia
de dirección, se mueve Sur
o Norte, indicando el
incremento o decrecimiento
del largo de los días.
En nuestros Templos las
líneas paralelas al
rectángulo que forman las
columnas representan a los
trópicos; la del norte al
de Cáncer y la del sur al
de Capricornio. El
ecuador, por donde se
forman los equinoccios es
el centro de la Logia, por
donde más pronto se llega
a oriente y por donde
deben pasar solamente los
QQ:. HH:. que representan
el ejemplo de la igualdad,
recordemos que equinoccio
significa el tiempo que el
Sol esta y no, presente en
la tierra en igualdad de
tiempo, o sea, la igualdad
del día y la noche. Además
en una de nuestras
liturgias el V:. M:.
Ordena al H:. Exp. “Haced
que el graduante ejecute
su último viaje..... y
detenedle como el sol en
el en el Solsticio de
estío. En este viaje, se
detiene al graduante
precisamente en la columna
del norte. ¡claro que las
columnas representan los
trópicos¡”
Una persona al ser
iniciada en los Misterios,
se colocaba en la esquina
Noreste del Templo,
marcando el Solsticio de
verano, cuando en el
Hemisferio Norte, los días
comienzan a decrecer. Este
es el momento cuando
cambiamos de curso, cuando
comenzamos nuestro viaje
interior, cuando nuestra
búsqueda cambia de lo
externo a lo interno. El
Iniciado comienza a
desarrollar sus
características
subjetivas, a costa de sus
características objetivas.
Más adelante el Iniciado
se colocaría en la esquina
Sureste, marcando el
Solsticio de invierno, la
noche más larga del año,
cuando en el Hemisferio
Norte los días comienzan a
crecer. Después que el
Iniciado ha alcanzado su
nivel de conciencia más
profundo, él debe volver
al mundo objetivo, pero
ahora con un entendimiento
totalmente diferente, que
lo llevaría a entender
alguno de los secretos de
la Naturaleza.
Hoy en día la dirección de
los Templos se ha
invertido, avanzamos del
Oeste, el lugar de las
sombras, al Este, el lugar
de la luz. Esto por
supuesto asume que en
algún punto dejamos el
Este para dirigirnos al
Oeste y ahora estamos
regresando.
En tiempos antiguos, los
Templos eran básicamente
instrumentos para medir el
tiempo. A través de esas
medidas, nuestros
predecesores aprendieron a
entender los ciclos, los
cuales no solo los
ayudaron a sobrevivir pero
también a mejorarse.
Podemos decir con
seguridad que el comienzo
del conocimiento fue la
Astrología, donde el ser
humano aprendió a vivir en
armonía con la Naturaleza,
a procrear, a parear los
animales y eventualmente a
desarrollar un medio
ambiente seguro donde pudo
comenzar a desarrollar su
conciencia.
Los Antiguos Misterios no
fueron organizaciones que
nos entregaban o
transmitían conocimientos
de ningún tipo, sino que
fueron lugares donde las
condiciones apropiadas
eran dadas a aquellos que
estaban listos para
iniciar el proceso de
transformación de sí
mismos.
Evolución y conciencia son
conceptos que se relaciona
íntimamente. Mientras la
evolución es un proceso de
abrir las puertas a
aquello que está contenido
o sugerido en nosotros,
conciencia es el descubrir
lo que está dentro de
nosotros.
La interpretación de la
Carta Astral describe
nuestra naturaleza
adquirida. Nos da las
herramientas necesarias
para conocernos a nosotros
mismos y saber quienes
somos realmente, de tal
manera de poder integrar
nuestro interior con el
mundo exterior. A través
de esta integración,
podremos iniciar el camino
de desarrollo personal y
alcanzar la plenitud de
nuestro potencial.
"Aunque el Destino puede
estar escrito en las
estrellas, es la misión
del alma divina elevar el
alma humana por encima del
circulo de las
necesidades"
El solsticio de invierno,
marca el momento en que el
tiempo se detiene; el
presente se manifiesta en
un instante de eternidad,
absorbiendo el pasado que
ya no existe y el futuro
que todavía no existe,
salvo como posibilidad.
Es un tiempo de silencio,
recogimiento interior y
meditación. La semilla se
pudre en el interior de la
tierra esperando
pacientemente a que llegue
el tiempo apropiado para
crecer y manifestarse.
Es una costumbre muy
antigua entre los Masones,
celebrar las fiestas de
San Juan de Invierno y San
Juan de estío (verano);
costumbre fundada en la
tradición. ¿Cuál es, pues,
el objetivo de esta
festividad en las dos
estaciones?.
Dentro del sistema
simbólico ritualistico se
celebran las fiestas
solsticiales desde dos
puntos de vista; el
primero Místico como amor
a Dios y el segundo
Astronómico como amor a la
Naturaleza. Desde el punto
de vista místico y
espiritual, le dedicamos
el 24 de Junio con una
Tenida especial a San Juan
Bautista y otra el 27 de
diciembre a San Juan
Evangelista; a San Juan
Bautista por la firmeza y
fidelidad inmutables con
que soporto el martirio
antes de cometer una falta
o traición a su Maestro,
por su reprobación del
vicio, y por su continua
predicación del
arrepentimiento y la
virtud. Esas aptitudes,
doctrinas de nuestra
institución, así como la
fidelidad que debemos
guardar a nuestros
hermanos, el soportar toda
penalidad por defender
nuestra filosofía, buscar
el combate de nuestras
pasiones, el
arrepentimiento de
nuestros errores cometidos
y el combate de nuestros
vicios, hizo pensar a
nuestros pasados hermanos
que era San Juan Bautista
un filosofo y ejecutor de
nuestro raciocinio
filosófico; por tal motivo
fue llamado patrón de los
Francmasones.
Nuestra tradición desde
los más remotos tiempos,
nos hizo creer que el
firmamento tenía dos
puertas, una al norte y
otra al sur, mismas que
servían al Sol de limite
al curso de su aparente
recorrido por la bóveda
celeste, para dar lugar a
los solsticios invierno y
de verano, también
relacionados como de
Capricornio y Cáncer.
Además en las Santas
Escrituras, se habla de
las puertas del cielo y
del infierno, refiriéndose
al punto más elevado del
firmamento, hasta donde
llega el sol cuando se
encuentra lo mas lejos de
la Tierra; ese momento es
en el cual nosotros
celebramos la festividad
del Solsticio de verano y
el momento de mas
cercanía, en el solsticio
de Invierno.
Razonamos que la
naturaleza degenera
durante el invierno y
renace durante el verano,
que es cuando nuestro
astro Rey nos da la
vitalidad necesaria para
ello. La fiesta del
Solsticio de Veranos se
llama también la del
reconocimiento en
agradecimiento a G:. A:.
D:. U:. por devolver la
vida al campo, y la del
solsticio de invierno la
de la Esperanza, de que
todo vuelva a renacer
después del invierno.

CONCLUSIONES
Con estos fenómenos
ocurriendo todos los días
de nuestras vidas,
terminamos por
internalizarlos de manera
simple, es decir,
entendemos al verano como
una estación alegre y el
invierno como una triste,
por el hecho de que el
primero representa en
cierto modo el triunfo de
la luz y el segundo el de
la oscuridad, sin embargo,
los dos solsticios tienen
un carácter un poco más
profundo que lo que
parece.
Si efectivamente lo
miramos desde una
perspectiva circular,
regeneradora,
descubriremos que lo que
ha alcanzado su máximo
potencial, no puede hacer
otra cosa que decrecer de
manera natural y lo que ha
llegado a su mínimo no
puede, al contrario, sino
comenzar a crecer a
continuación; por eso el
solsticio de verano señala
el comienzo de la mitad
descendente del año, y el
solsticio de invierno,
inversamente, el de su
mitad ascendente; y esto
explica también, desde el
punto de vista de su
significación cósmica, las
palabras que San Juan
Bautista, cuyo nacimiento
coincide con el solsticio
estival, es decir el del
verano, dice: "Él (Cristo,
nacido en el solsticio de
invierno) conviene que
crezca, y yo que
disminuya". (San Juan, III,
30.)
Del mismo modo Sabemos que
en la tradición hindú, la
fase ascendente se pone en
relación con el deva-yâna,
y la fase descendente con
el pitr-yâna; por
consiguiente, en el
Zodíaco, el signo de
Cáncer, correspondiente al
solsticio de verano, es la
"puerta de los hombres",
que da acceso al pitr-yâna,
y el signo de Capricornio,
correspondiente al
solsticio de invierno, es
la "puerta de los dioses",
que da acceso al deva-yâna.
En realidad, visto así, el
período "alegre", es
decir, benéfico y
favorable, es la mitad
ascendente del ciclo
anual, y su período
"triste", es decir,
maléfico o desfavorable,
es su mitad descendente; y
el mismo carácter
pertenece, naturalmente, a
la puerta solsticial que
abre cada uno de los dos
períodos en que se
encuentra dividido el año
por el sentido mismo del
curso solar; por lo demás,
en el Cristianismo las
fiestas de los dos San
Juan están en relación
directa con los dos
solsticios y aunque nunca
la hayamos visto indicada
en ninguna parte, está
expresado, también de
algún modo en el doble
sentido del nombre de
"Juan".
Y decimos esto, porque la
palabra hebrea hanán tiene
a la vez el sentido de
"benevolencia" y
"misericordia" y el de
"alabanza", del mismo modo
que en nuestra lengua,
palabras como "gracia o
gracias" tienen también
esa doble significación;
por consiguiente, el
nombre Yahanán o más bien,
Yehohanán puede significar
"misericordia de Dios" y
también "alabanza a Dios".
Y es fácil advertir que el
primero de estos dos
sentidos parece convenir
muy particularmente a San
Juan Bautista, y el
segundo a San Juan
Evangelista; por lo demás,
puede decirse que la
misericordia es
evidentemente
"descendente" y la
alabanza, "ascendente", lo
que nos reconduce a su
respectiva relación con
las dos mitades del ciclo
anual, lo mismo que se
expresa en el doble rostro
alegre y sufriente del
Dios Jano.
Nosotros conocemos la
experiencia de la cámara
de reflexiones, de este
duro camino interior hacia
nuestro propio infierno,
aislándonos hacia adentro,
penetrando el centro mismo
de las cosas para entender
cual es la esencia de las
cosas y cual su
apariencia, así en lo más
profundo de nuestra ser,
en la noche más larga de
nuestro viaje celeste,
sólo nos queda una
antorcha: nuestra razón
resplandeciente, que
apenas ilumina algunos
restos óseos, que figuran
otra realidad, la verdad
brutal, privada del velo
de las ilusiones, en el
fondo del
V.:I.:T.:R.:I.:O.:L.:
alquímico: “Visita
Interiora Térrea
Rectificando Invenies
Occultum lapidem” (visita
el interior de la tierra y
rectificando –por
purificaciones-
encontraras la piedra
oculta de los sabios).
Entonces en la noche más
larga descubrimos la
piedra filosofal, nuestra
piedra cúbica
francmasónica, sustento de
las certezas que requiere
el espíritu, roca firme,
angular y cristalización
salina de nuestro YO y de
la construcción
intelectual y moral que
constituye la gran obra.
Respecto de lo anterior,
bástenos recordar de nuevo
los misterios de Eleusis y
Ceres, en donde el
recipiendario, el
iniciado, era símbolo de
la semilla en la tierra,
que sufriendo la
putrefacción da origen al
nacimiento de la flor de
oro y a su proceso de
individuación nacido desde
sus propios sueños
arquetípicos.
QQ.:HH.: ya preparados
para los tres cantos del
gallo, que anuncian el fin
de la noche y el triunfo
de la luz sobre las
tinieblas. Se da
cumplimiento al proceso, a
la etapa ascendente de
nuestro propio invierno
interior.
Esto celebramos en
nuestras fiestas
solsticiales; la fé ciega,
la esperanza y el amor,
estas virtudes teologales
que son la certidumbre de
que a pesar de la
oscuridad nacemos una y
otra vez en la
circularidad interminable
de los días, los múltiples
nacimientos y muertes que
hemos de tener en nuestras
vidas, sin más armisticio
que el eterno retorno al
uno todo.
Las fiestas solsticiales
son el momento simbólico
en que los masones nos
recogemos hacia el
interior de nuestro
microcosmos y advertimos
nuevas verdades morales y
nuevas realidades
espirituales, que nos
permiten continuar con la
gran obra.
Así también se produce en
el macrocosmos el áureo
proceso de los movimientos
celestes de las esferas y
de la armonía con que se
regenera el universo,
armonía que está en
consonancia con nuestros
propios acordes
interiores, que resuenan
en nuestro YO con la
mística melodía de las
esferas.
A medianoche en punto, en
lo más profundo de la
oscuridad del solsticio
invernal, Hiram muere, el
Templo es destruido; pero
esto no es sino el anuncio
de la resurrección del
Maestro y la renovación de
los trabajos del Templo.
Si desde cierta
perspectiva el curso de la
naturaleza es circular,
desde una perspectiva más
amplia y elevada, el
camino que sigue el
iniciado es una espiral
ascendente.
Y es preciso que el Templo
construido a lo largo de
un ciclo sea destruido al
final del mismo, pues
constructores como somos
si no hubiera templos que
construir no tendríamos
trabajo.
Quizás llegue un día en
que debamos dejar nuestros
útiles y nuestro lugar en
los trabajos, pero será
porque habremos cruzado la
puerta del solsticio; esa
puerta para cuya apertura
invocamos la ayuda del
G:.A:.
Como expresa el ritual:
“Renovemos la antigua
alianza de los
constructores, danos
fuerza para abrir las
puertas del solsticio y
permite que la voluntad
que un día sembramos
ascienda a través del
laberinto de nuestra
piedra”.
Esa es nuestra tarea:
Iluminar y si continuamos
en el esfuerzo diario,
llegará algún día la Luz
de la Verdad a todas
partes. Así contribuiremos
decididamente con la obra
de nuestra Obediencia para
instaurar una Masonería
Liberal y A dogmática y de
esa manera incidir
positivamente en esta
sociedad que tanto
requiere de los
imperecederos y
fundamentales principios
que animan a nuestra
Augusta Institución.
Logias numerosas y fuertes
dependen de nosotros, así
tendremos eslabones firmes
de noble metal que estarán
sosteniendo firmemente
nuestra construcción.
Nuestro más firme deseo es
abocarnos decididamente a
la construcción del
Porvenir. Que podamos
pulir nuestra piedra bruta
para obtener la piedra
cúbica y con ellas
edificar el Templo de la
Humanidad. Para ello es
necesario reunir a los
hombres y mujeres de buena
voluntad, libres y de
buenas costumbres que
desean un mundo mejor.
Unir lo que está disperso.
Nuestra argamasa es
precisamente el Amor de la
Cadena de Unión. Los lazos
que nos unen deben ser
realmente de Amor y de
Unión.
Esa es nuestra meta,
trabajar, y al igual que
el Sol que en el Solsticio
de Invierno comienza su
marcha ascendente,
difundir la Luz del
Conocimiento y el Bien
para vencer las tinieblas
de la ignorancia y el mal.
Es hora de ponernos en
marcha. Estamos seguros de
que si todos nos empeñamos
lo lograremos y a partir
de este Solsticio los días
se harán más largos
venciendo a la oscuridad
con la llegada de la Luz
de la Verdad.
FIAT LUX
AMONRA CHILE UNA LUZ EN
VUESTRO CAMINO.
SANTIAGO DE CHILE. JUNIO
2010
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ
DE ORO
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO.
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y
EN LA TIERRA.
POR UNA ALIANZA
FORTALECIDA EN LA
CONSERVACIÓN
A LO QUE NUESTRO PADRE DE
LOS MUNDOS
NOS HA DADO COMO HERENCIA
KARMICA
TRABAJANDO POR LA
CONTINUIDAD DE LA VIDA.


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