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Ha
de comprender usted que
este trabajo no se
refiere realmente a la
vida; se refiere a algo
diferente que el hombre
puede intentar
prescindiendo de su
posición actual, ya sea
un político triunfante,
un famoso científico, o
un respetable carnicero
o panadero o fabricante
de candelas. Este
trabajo empieza desde el
hombre que ha
desarrollado la
personalidad y puede
habérselas con la vida a
su propia manera, en una
forma bastante
razonable. Es decir,
empieza desde el nivel
de un buen dueño de
casa, lo cual pertenece
a la segunda etapa del
desarrollo del hombre.
Esta tercera etapa se
ocupa de todo lo tocante
a un posible nuevo
desarrollo de esencia y
es por eso que tantas
cosas aparentemente
paradójicas o al menos
extrañas se dicen en los
Evangelios, tales como
las que están contenidas
en el Sermón de la
Montana, acerca del
hombre. Todas ellas se
refieren a dejar que la
esencia crezca a
expensas de la
personalidad y ésta es
la única manera en que
la esencia, que es
demasiado débil por sí
misma para crecer, puede
seguir desarrollándose.
En este sentido, la
personalidad, que se
forma en torno de la
esencia, llega a ser
eventualmente - si se
penetra en esta tercera
etapa - la fuente misma
desde la cual la esencia
puede crecer aún más.
Supongamos que por un
individuo la
personalidad está
ricamente desarrollada.
Es, entonces, un hombre
rico, en el sentido dado
por los Evangelios.
Conoce todo, es una
persona importante. Pero
lo que hay de pobre en
él es su esencia. No es
aún un hombre cabal.
Lo que hace,
lo hace para
lograr
mérito, o
por temor a
la pérdida
de honor o
reputación,
pero no hace
nada por sí
mismo, nada
por amor a
lo que está
haciendo,
prescindiendo
de los
elogios, la
autoridad,
la posición,
la
popularidad
o cualquier
otro
beneficio a
los ojos del
mundo.
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Supongamos que este
hombre sienta, de alguna
manera, como el Hijo
Pródigo que no come otra
cosa que cáscaras.
Quiero decir
sencillamente que se
siente muy vacío a pesar
de todas sus "riquezas".
Tiene una hermosa casa,
o joyas, un hombre muy
conocido, de algún modo
obtuvo lo mejor de todos
los demás, y sin embargo
se siente vacío. Tal
hombre se está
aproximando a la posible
tercera etapa de
desarrollo Ha llegado
ahora a una posición en
la cual su esencia, su
parte verdadera, puede
crecer, y así reemplazar
el sentimiento de vacío
por un sentimiento de
significación. Pero con
el fin de que se realice
en el hombre este nuevo
desarrollo debe empezar,
por así decirlo, por
sacrificar su
personalidad y marchar
en dirección opuesta a
la que siguió hasta
ahora. En otras
palabras, debe tener
lugar en él una especie
de inversión, lo que
está muy bien expresado
en la Parábola del Hijo
Pródigo, y a menos que
comprenda que esta
tercera etapa es posible
y lleva al hombre a un
verdadero desarrollo,
nunca comprenderemos qué
dicen los Evangelios o a
qué se refiere este
sistema. |
MAURICE NICOLL
COMENTARIOS VOLUMEN I
Birdlip Gloucestershire,
27 de marzo de 1941
El otro día, en una
reunión, se leyeron las
siguientes líneas:
"Tomemos el Sermón de la
Montaña y tratemos de
comprender cuál es su
significado. Como hemos
dicho, en la última
charla, la religión
considerada como las
ideas psicológicas
enseñadas por Cristo
acerca de la evolución
individual del hombre y
su transformación de un
'nuevo hombre' se ocupa
del desarrollo de la
esencia después de haber
sido formada la
personalidad. Un hombre
en quien se formó una
rica personalidad por la
experiencia, la
educación y los
intereses, es un 'hombre
rico' en personalidad.
Pero la esencia sigue
siendo pobre. Para que
pueda desarrollarse, la
personalidad debe llegar
a ser pasiva." Esto no
ha sido bien entendido,
pero es muy importante
que cada cual llegue a
comprender en el trabajo
qué significa este
parágrafo. Significa que
la religión en su
verdadero sentido - y
sólo conocemos el
Cristianismo - se
refiere a la tercera
etapa del hombre, a
hacer la personalidad
pasiva para que la
esencia pueda crecer. He
de repetir otra vez que
el significado más
profundo de los
Evangelios no tiene nada
que ver con la vida. Su
enseñanza se inicia en
un punto donde la
personalidad ya ha sido
formada en el hombre y
se refiere a la
posibilidad de esa
tercera etapa de
desarrollo. Ante todo la
acción de la vida
desarrolla la
personalidad en el
hombre. Este trabajo es
a veces llamado una
segunda educación. Está
destinada a aquellos que
buscan una segunda
educación. La primera
educación es la
educación que la vida
nos da; y ésta es
absolutamente necesaria.
Cuanto mayor es la
educación que una
persona recibió de la
vida, más aprende, más
inteligente es, más
experiencia posee, más
conoce a la gente, los
asuntos y la manera de
comportarse, sabe
expresarse mejor y es
más capaz de aprovechar
los diferentes aspectos
de la vida. Esta es la
primera educación. Esta
forma la personalidad.
Hemos dicho antes que el
hombre consiste de
diferentes centros y que
cada uno de dichos
centros tiene diferentes
partes; esos centros y
sus partes deben estar
bien provistos y cuanto
mejor provistos están,
tanto mejor para él.
Pero se llega a un punto
en el desarrollo de un
hombre, como hemos dicho
antes en que éste se
siente vacío, y es en
esta etapa en la que la
enseñanza de los
Evangelios y todo este
trabajo tienen cabida.
No sé si entre ustedes
hay alguien que haya
pensado profundamente
sobre este tema. Pero,
posiblemente, algunos de
ustedes que han cumplido
con su deber en la vida
se preguntaron muchas
veces qué están haciendo
realmente, qué significa
todo esto. Por el
momento, hablando de
persona a persona, me
gustaría hacerles esta
pregunta: ¿Creen ustedes
que la vida y las
significaciones que nos
ofrece son suficientes y
sienten que de algún
modo la vida no les .ha
concedido lodo cuanto
esperaban? No estoy
diciendo que la vida
carece de sentido;
obviamente tiene
sentido. ¿Pero alguno de
ustedes no ha llegado al
punto de sentir cierta
falta de significación
hasta en los intereses
que tiene y trata de
mantener? Lo digo porque
si la vida tuviera para
nosotros pleno
significado, no habría
entonces razón alguna,
de hecho, sentido
alguno, en lo que dicen
los Evangelios o en lo
que dice este sistema.
Si usted se contenta con
el sentido que le brinda
la vida, si está
plenamente satisfecho,
entonces no hay razón
alguna en tratar de
comprender lo que enseña
este sistema, y,
permítame agregar, no
hay razón alguna en
tratar de comprender qué
significa realmente la
enseñanza de Cristo.

Ahora bien,
si el hombre
no fuera
otra cosa
que una
personalidad
bien formada
y ésta fuera
su fin, cabe
muy bien
creer en
todas las
doctrinas de
humanitarismo
y en otras
ideas
científicas
que nos
dicen que el
hombre no es
sino una
criatura
vuelta hacia
la vida
exterior y
que tiene
que
adaptarse
tan
inteligentemente
como le sea
posible a
ella. Pero
si ha
seguido lo
que se ha
dicho en
esta carta
acerca de la
idea del
hombre en
este
sistema,
verá que el
desarrollo
de la
personalidad
es meramente
una etapa,
pero una
etapa
absolutamente
necesaria,
hacia un
nuevo estado
de ser. Es
directamente
comparable a
la formación
de una masa
de alimento
en torno de
una semilla,
como en el
caso de una
nuez. La
nuez tiene
una parte
esencial - a
saber, la
misma
semilla que
puede crecer
- pero no
puede crecer
mientras no
esté rodeada
por una masa
de material
nutricio, de
igual modo
que un huevo
tiene una
semilla
rodeada por
una masa de
yema, y así
sucesivamente.
Tomemos el
último
ejemplo:
¿Cómo puede
él pollo
crecer a
menos que
tenga todas
las
sustancias
que lo
rodean para
alimentarse?
Y recuerde
que crece
dentro de la
cáscara del
huevo y
finalmente
emerge un
pollo
completo" y
este pollo
completo se
ha hecho de
todas las
sustancias
que este
germen
viviente ha
atacado y
comido.
Ahora bien,
el destino
de una
bellota es
una cosa,
pero el
destino de
un roble es
una cosa
diferente,
y, como se
dijo, el
hombre
rodeado por
la
personalidad
se asemeja a
una bellota
y sufre, por
así decirlo,
el mismo
destino que
la bellota,
a menos que
empiece a
crecer, y el
crecimiento
en el hombre
corresponde
a lo que
llamamos la
tercera
etapa
después que
la
personalidad
se ha
formado en
tomo de la
esencia. Si
tomamos al
hombre en
esta segunda
etapa donde
la esencia
está rodeada
por la
personalidad
se asemeja a
una bellota,
quizás una
bellota más
grande o más
pequeña,
pero nada
más que una
bellota.
Quizá sea
muy
importante;
ha aprendido
muchas
cosas;
siente que
conoce;
está, en
suma, lleno
de
personalidad,
y éste es su
nivel, y en
este nivel
sufre, en
realidad no
un destino
humano
apropiado,
sino el
destino de
un organismo
no
desarrollado,
el destino
de una
persona que
no ha
llegado a su
pleno
crecimiento,
de igual
modo que una
bellota no
es un árbol
que ha
llegado a su
pleno
crecimiento.
Y a menos
que
comprendamos
muy
claramente
esta tercera
etapa, es
decir, el
desarrollo
de una
bellota en
árbol por su
esencia
viviente o
la semilla
que se
alimenta de
las
sustancias
que-se han
formado a su
alrededor
nunca
comprenderemos,
como lo dije
antes, a qué
se refiere
este
trabajo, ni
tampoco
comprenderemos
a qué se
refieren los
Evangelios.
Ya ha oído
usted hablar
de que el
hombre es un
organismo
que se
desarrolla a
sí mismo y
que fue
creado como
tal. Pero
ahora
comprenderá
que este
desarrollo
no es
continuo.
Debe ser
interrumpido
por la
formación de
la
personalidad.
Me alegraría
mucho si
todos
comprendieran
verdaderamente
esta
cuestión de
la esencia y
la
personalidad.
Luego,
hablaremos
en forma más
detallada
acerca del
significado
de
desarrollar
la esencia a
expensa" de
la
personalidad,
pero ya
conocen
algunos
punto" sobre
ese
desarrollo.
Permítame
preguntarle
una vez más
antes que
termine esta
carta: ¿ha
pensado
alguno de
ustedes qué
significa el
Sermón de la
Montaña?
¿Acaso lo
confunden
con la
segunda
etapa del
desarrollo
del hombre o
han llegado
ya a una
mejor
valoración?
¿No han
comprendido
que el
Sermón de la
Montaña,
cuando habla
de la
humildad,
etc., no
tiene nada
que ver con
la vida
ordinaria
sino que se
aplica a la
tercera
etapa de un
hombre que
ha llegado
al punto de
sentirse
vacío,
puesto que
la
personalidad
no lo
satisface y
desea
encontrar un
nuevo
sentido a su
propia
existencia?
Trataré de
escribirle
luego en una
forma más
detallada.

TRABAJANDO
EN COMUNIDAD
POR LA
CONTINUIDAD
DE LA VIDA.
Piensa en tu
responsabilidad
con el Medio
Ambiente.
Think about
your
reponsibility
to the
Environment.
 
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