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Papús
dijo de la Orden Martinista: "Es una sociedad
mística. Como sociedad, el Martinismo es la unión
de las fuerzas invisibles evocadas por la búsqueda
de la Verdad. La Orden Martinista es un centro
activo de difusión iniciática. Su objetivo es
propagar rápidamente y de una manera amplía las
enseñanzas de lo oculto y las líneas de la
tradición occidental y cristiana. La sociedad
Martinista tiene como primer principio:
• Respetar la libertad humana
• Aceptar en su seno a hombres y mujeres.
• Ser cristiano.
El Martinista defiende la acción de Cristo..." Las
diversas Ordenes Martinistas, que hoy existen,
tienen su origen en la Orden de los Elus Cohen y
de diversos personajes del pasado y modernos que
han jalonado y construido su historia. Así pues,
es interesante e importante presentar esta
tradición, su origen, su rol, su filosofía, así
como lo esencial de sus ritos. No se trata de una
obra más dentro de la historia del Martinismo.
La Antigua Orden Martinista, es una corriente
dentro de las diversas Ordenes Martinistas que
quiere revitalizar el Martinismo del pasado sin
dudar del contemporáneo si no se mantiene anclado
en tal o cual dogma necesariamente reduccionista.
Efectivamente, puede ser para algunos un medio de
imponer una visión del cristianismo muy personal,
mientras que para otros la dimensión caballeresca
o teúrgica será la predominante. La búsqueda de
las raíces podrá conducir a la magia de los Elus
Cohens, así como a la simplicidad, la sobriedad y
la libertad. De este modo, aquél que quiera
aproximarse a esta tradición y avanzar hacia sus
misterios y ritos, debe adherirse a la
sensibilidad que se desea encontrar allí. De
centenares de personas que pasan el portal de esta
tradición, pocas quedarán después de algunos años.
Menos numerosos son aquellos que lograrán penetrar
en el corazón, de aquello que se ha venido en
llamar el esoterismo cristiano.
En consecuencia, hay detrás de cada cuál una
llamada, una fuerza que dirige a cada uno
misteriosamente hacia estos portales. Todos
aquellos que se han aproximado a esta tradición
han sentido este deseo, esta fraternidad que les
permitiría profundizar aquello que ellos habían
abordado individualmente y, con frecuencia,
intelectualmente en los libros.
La perspectiva de un intercambio productivo, la
atracción del rito y el valor que aun hoy en día
tiene, hace que sean numerosas las personas que se
afilian después de haber pasado por diversas
órdenes. Más allá de esta aparente diversidad, la
experiencia cotidiana demuestra la permanencia de
un pensamiento y de un carácter Martinista
independientes de las estructuras visibles capaces
de hacer germinar en cada uno, aquello que
denominamos "la llamada" o "el deseo de la
búsqueda". Para la Orden Martinista la fraternidad
no es una finalidad, es la consecuencia de su
caminar místico.
La tradición Martinista es algo más que un
rompecabezas de diferentes corrientes, de las
cuáles nos podría faltar un trozo; es la presencia
sobre nosotros de un pensamiento, de una egrégora
que sintetiza una comunión de espíritu y de
símbolos entre diferentes personas. Es partiendo
de esta certificación que nosotros hemos podido
describir esta corriente occidental evitando
extraviarnos en una historia estéril o en una
parcialidad reductora. En efecto, existe un
objetivo Martinista trascendiendo a los seres que
han constituido su historia. Se trata de la
defensa y del servicio invisible del esoterismo
cristiano.

RETROSPECTIVA HISTÓRICA DEL MARTINISMO
De todas las Ordenes Masónica Iluministas que
florecieron en Francia, durante el siglo XVIII,
ninguna tiene influencia comparable a aquella que
entró a la historia con el nombre de Martinismo.
El surgimiento de esta Organización coincidió con
la llegada de Joachim Martínez Pasqually. Martínez
Pasqually, pasó su vida enseñando en las Logias
bajo la forma de un rito masónico elevado, un
sistema religioso al cual dio el nombre de Elus
Cohen o Sacerdotes Elegidos (Cohen en hebreo
significa Sacerdote). Solamente aquellos masones
de grado de Elus eran admitidos en los Elus Cohen.
Martínez viajó, de manera misteriosa, por varias
partes de Francia, sobre todo por el sur y
sudoeste de ese país. Propagando su doctrina,
consiguió adeptos en las Logias de Marsella,
Avignon, Montpellier, Narbonne, Foix e Touluse.
Finalmente, en 1762 se establece en Bordeaux. En
Bourdeaux, Martínez ingresa en la Logia La
Francesa, que era la única de las cuatro logias
simbólicas activas en la ciudad en aquel tiempo.
Martínez se empeñó en revivir el entusiasmo de los
masones de Bordeaux asegurando la cooperación de
varios de ellos, escribió para la Gran Logia de
Francia en 1763: "Instituí un templo en Bourdeaux
para la Gloria del Gran Arquitecto, incluyendo las
cinco órdenes perfectas que administro bajo la
constitución de Charles Stuart, rey de Escocia,
Irlanda e Inglaterra, Gran Maestro de todas las
logias regulares esparcidas sobre la superficie de
la tierra, y que están hoy bajo la protección de
George William, rey de Gran Bretaña, y bajo la
Gran Logia denominada..." . En 1770 el Rito de los
Elus Cohens contaba con templos en Bordeaux,
Montpellier, Avignon, Foix, Libourne, La Rochelle,
Versailles, Metz y París.
Otro templo estaba presto a abrirse en Lyon,
gracias a los esfuerzos del Hermano Willermoz que
sería la figura más activa e importante del rito
de Martínez. Martínez no dejó un trabajo escrito
completo referente a sus enseñanzas, no obstante
se encontraron diversas textos incompletos que son
parte de sus enseñanzas referidas a un sistema de
pensamiento filosófico, esencialmente una Gnosis
Cristiana, que se basan principalmente en los
principios doctrinales del trabajo llamado, "El
Tratado de la Reintegración de los Seres a sus
originales virtudes, poderes y cualidades". Este
trabajo da una interpretación particular de la
Creación, de la Jerarquía de Seres, de la Caída
del Hombre y de la manera que tiene el Hombre para
recobrar su estado original y restablecer sus
privilegios. |
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Martínez de Pasqually considera que el Hombre está
en el exilio en esta existencia terrenal privado
de todos sus verdaderos poderes. Por consiguiente,
el objetivo principal del hombre debe ser trabajar
para ser restaurado a la condición original. Esto
puede lograrse siguiendo ciertas técnicas.
Martínez de Pascualy afirmaba que en cada ser
humano había algo divino adormecido y que era
preciso revivir. Según Martínez esta centella
divina podría ser inflamada al punto de ser
liberados del materialismo. Sobre tales
condiciones el hombre es capaz de adquirir
poderes, los cuales le permitirán "comunicarse con
seres invisibles, llamados por la Iglesia Ángeles
y obtener no sólo una santidad personal, sino
también la santidad de todos los discípulos de
buena voluntad". Transformar al hombre de esta
forma sería regenerarlo y reintegrarlo
gradualmente a su estado original; sería
capacitarlo a alcanzar aquel estado perfecto que
cada individuo y sociedad debería buscar. Esta
doctrina tuvo un sorprendente suceso en la Gran
Logia de Francia, luego comprendió que como
resultado de todos los ritos místicos ocurrió una
gran adhesión de miembros y se hacía necesario
preservar con mucho cuidado y secreto las tareas
misteriosas.
Entre los discípulos de Martínez se encontraba el
"Filósofo Desconocido", Louis Claude de
Saint-Martín. Saint-Martín serbia como teniente en
el Regimiento de Foix cuando oyó hablar de
Martínez de Pasqually y del Rito de los Elus
Cohen. Después de retirarse el ejército, se
dirigió a Bordeaux donde fue iniciado en los
grados de Cohens por el hermano de Balzac.
Saint-Martín era de naturaleza cortes, modelada
por una intensa actividad intelectual. A los pocos
años se retiró de las prácticas activas de los
Elus Cohen., dedicándose únicamente al estudio del
misticismo y espiritualismo. Ya en París, se vio
obligado formar una especie de grupo, puramente
espiritual donde se excluían las ceremonias
ritualísticas de Magia.
Hasta la Revolución Francesa, Saint-Martín
alternaba entre las orientaciones a sus discípulos
y los viajes al exterior donde estableció contacto
con Jacob Boheme un "Iluminato" Saint Martín
encontró en los escritos de Jacobo Boheme lo que
él buscaba, la Vía Interior o Vía Cardíaca. En
1803 muere Saint Martín dejando varios adeptos en
diferentes países de Europa. Después de su muerte
los discípulos de Saint-Martín esparcieron la
doctrina del Filósofo Desconocido en Francia,
Alemania, Dinamarca entre otros países. Fue a
través de ellos que en 1880 un ocultista parisino,
llamado Dr. Gerard Encause (Papus) tomó
conocimiento de la doctrina de Saint-Martín y
decidió continuar las enseñanzas. Con ese
objetivo, fundó en 1884 un Orden Mística que llamó
Orden Martinista que conserva la línea tradicional
que estableciera el Filósofo Desconocido y que
llega a nuestros días.
Orden iniciática y esotérica El Martinismo es hoy
en día aquello que se denomina una Orden
iniciática y esotérica. Esto significa que las
reuniones no son accesibles a aquellos que no han
sido iniciados. Sabemos que existen múltiples
formas de transmitir los conocimientos: por
escrito, oralmente, etc. La iniciación tiene por
objetivo transmitir un conocimiento con la ayuda
de ritos compuestos de símbolos, de palabras,
gestos que despiertan el inconsciente y causan una
transformación que el iniciado deberá proseguir.
Despertando las emociones, la psique más profunda,
la iniciación transforma y transmite realmente un
contenido oculto que el iniciado tardará algún
tiempo en descubrir. Es una semilla que ha sido
sembrada y que germinará si ha sido depositada en
una buena tierra y ha sido mantenida durante el
suficiente tiempo. Tal transmisión no podría
hacerse intelectualmente, porque entonces se
dirigiría a una facultad que no corresponde a la
dimensión psíquica ligada a lo sagrado. De una
forma implícita la iniciación nos dice que el
inconsciente, lo imaginario, hacia donde van
dirigidos los ritos, no es otra cosa que el
sentimiento de sacralidad. Es, entonces, fácil de
comprender tales ritos iniciáticos que han
existido desde milenios. Fueron utilizados en las
diferentes religiones y culturas para transmitir
los conocimientos secretos y sagrados. El mundo ha
caído y el hombre debe reconciliarse con el
creador para poder reintegrarse al plan divino.
Importa poco desarrollar los detalles de la
doctrina. Es suficiente saber que debemos, con
nuestros esfuerzos individuales, redimirnos y
reencontrar el camino del Creador.

EL TRABAJO MARTINISTA
Un grupo Martinista se reúne una o dos veces al
mes. La Apertura y la Clausura ritual de la
reunión son conducidas por el responsable,
asistido en ciertos ritos por algunos hermanos o
hermanas, cumpliendo funciones simplemente
simbólicas. Durante el periodo de trabajo,
propiamente dicho, diversas posibilidades son
ofrecidas que difieren según las órdenes o grupos.
Unos textos propios de la Orden pueden ser leídos
y comentados, algunos trabajos hechos por los
miembros pueden ser leídos y discutidos en común,
con algunos períodos de plegarias y meditaciones,
equilibrando así la dimensión teórica y mística
propia de esta corriente. Las investigaciones de
los miembros, leídas durante los trabajos de
grupo, tienen por objetivo permitir un trabajo y
una reflexión individual sobre algún motivo
simbólico particular o sobre alguna cuestión que
es objeto de las preocupaciones de los
participantes.
No obstante no creemos que sea suficiente asistir
a los rituales de las reuniones Martinistas para
avanzar realmente en la vía. El trabajo individual
es una necesidad para aquél que no desea depender
únicamente del grupo al que pertenece. El
Martinismo y la Iglesia Gnóstica Desde los inicios
del Martinismo de Papus, la noción de Iglesia
oculta e invisible se ha convertido en uno de los
aspectos de esta tradición. No se trata de
confundir los ritos, la iniciación y la tradición
Martinista con aquellos de una Iglesia cualquiera.
Pero debemos remarcar que los responsables de las
órdenes Martinistas recibían, generalmente, una
consagración episcopal válida según varias líneas
de sucesión apostólica, como aquella de la Iglesia
llamada Gnóstica, fundada por Jules Doinel en
1892.
Ella fue estructurado en gran parte por Jules
Doinel y por Johannes Bricaud, que fue el Obispo
Prior, al mismo tiempo que responsable de la Orden
Martinista de la época. Según un texto de
presentación de esta Iglesia, "el gnosticismo es
una doctrina filosófica y tradicional, tan antigua
como la humanidad; una moral, un culto, que son
una religión universal.
Enseñada y practicada en todos los misterios de la
antigüedad y en muchas sociedades secretas u
ocultas de la Edad Media y de los tiempos
modernos, [... ] tiene por objetivo restituir a la
humanidad su unidad religiosa primitiva,
rechazando los errores religiosos surgidos de las
diferentes religiones, y de trabajar por el
perfeccionamiento intelectual, moral y social. El
gnosticismo no pretende imponerse a las
conciencias, ni por la fuerza del poder civil o
militar, ni por vanas amenazas de castigos
post-mortem, ni por falaces promesas de
recompensas futuras. Basado, de una parte, sobre
la tradición universal y no solamente sobre la
tradición Hebrea de la Biblia y, por otra parte,
sobre la filosofía y la ciencia moderna, sus
verdades no se presentan como objeto de fe, sino
como objetos de demostración, filosófica y
científica; no se clama más que a la razón, que es
la misma para todos los hombres. Se admite,
entonces, la libertad absoluta de conciencia y de
examen en cada uno de todos los hombres que son
capaces y exige de sus miembros la tolerancia para
todos aquellos que no piensan como ellos."
Precisamos, para terminar, que si bien este
aspecto sacerdotal es muy importante en la vía
Martinista, se funda sobre aquello que se ha
acostumbrado en llamar la Iglesia invisible, que
no debe ser confundida con las estructuras
exteriores y temporales.

POR LA VIDA DE NUESTRO HOGAR, NUESTRO PLANETA
TIERRA
CONCIENCIA Y UNIVERSO QUE ESTA EN CADA UNO DE
NOSOTROS…
CONÓCETE A TI MISMO…
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
FUNDACIÓN LIARA
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO...
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.
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