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Desde
los inicios del Martinismo del doctor Gerard Encause Papus, la noción de Iglesia oculta e invisible
se ha convertido en uno de los aspectos de esta
tradición.
No se trata de confundir los ritos, la iniciación y la
tradición Martinista con aquellos de una Iglesia
cualquiera.
Pero debemos remarcar que los responsables de las
órdenes Martinistas recibían, generalmente, una
consagración episcopal válida según varias líneas de
sucesión apostólica, como aquella de la Iglesia llamada
Gnóstica, fundada por Jules Doinel en 1892.
Ella fue estructurada en gran parte por Jules Doinel y
por Johannes Bricaud, que fue el Obispo Prior, al mismo
tiempo que responsable de la Orden Martinista de la
época.
Según un texto de presentación de esta Iglesia,
"el gnosticismo es una doctrina filosófica y
tradicional, tan antigua como la humanidad; una moral,
un culto, que son una religión universal.
Enseñada y practicada en todos los misterios de la
antigüedad y en muchas sociedades secretas u ocultas de
la Edad Media y de los tiempos modernos, [... ] tiene
por objetivo restituir a la humanidad su unidad
religiosa primitiva, rechazando los errores religiosos
surgidos de las diferentes religiones, y de trabajar por
el perfeccionamiento intelectual, moral y social.
El gnosticismo no pretende imponerse a las conciencias,
ni por la fuerza del poder civil o militar, ni por vanas
amenazas de castigos post-mortem, ni por falsas promesas
de recompensas futuras.
Basado, de una parte, sobre la tradición universal y no
solamente sobre la tradición Hebrea de la Biblia y, por
otra parte, sobre la filosofía y la ciencia moderna, sus
verdades no se presentan como objeto de fe, sino como
objetos de demostración, filosófica y científica; no se
clama más que a la razón, que es la misma para todos los
hombres.
Se admite, entonces, la libertad absoluta de conciencia
y de examen en cada uno de todos los hombres que son
capaces y exige de sus miembros la tolerancia para todos
aquellos que no piensan como ellos."
Precisamos, para terminar, que si bien este aspecto
sacerdotal es muy importante en la vía Martinista, se
funda sobre aquello que se ha
acostumbrado en llamar la
Iglesia invisible, que no debe ser confundida con las
estructuras exteriores y temporales.

PARA LA HUMANIDAD SIEMPRE EN LA BÚSQUEDA DE SU
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