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Gerard Encause Papus dijo de la Orden Martinista
"Es una sociedad mística”.
Como sociedad, el Martinismo es la unión de las fuerzas
invisibles evocadas por la búsqueda de la Verdad.
La Orden Martinista es un centro activo de difusión
iniciática.
Su objetivo es propagar rápidamente y de una manera
amplía las enseñanzas de lo oculto y las líneas de la
tradición occidental y cristiana.
La sociedad Martinista tiene como primer principio:
+ respetar la libertad humana
+ aceptar en su seno a hombres y mujeres.
+ ser cristiana.
" El Martinismo y el Martinista defiende la acción de
Cristo... "

Las diversas Ordenes Martinistas, que hoy existen,
tienen su origen en la Orden de los Elus Cohen
y de diversos personajes del pasado y modernos
que han trabajado y construido su historia.
Así pues, es interesante e importante presentar esta
tradición,
su origen, su rol, su filosofía, así como lo esencial de
sus ritos.
No se trata de una obra más dentro de la historia del
Martinismo.
La Antigua Orden Martinista, es una corriente dentro de
las diversas Ordenes Martinistas que quiere revitalizar
el Martinismo del pasado sin dudar del contemporáneo si
no se mantiene anclado en tal o cual dogma
necesariamente reduccionista.
Efectivamente, puede ser para algunos un medio de
imponer una visión del cristianismo muy personal,
mientras que para otros la dimensión caballeresca o
teúrgica será la predominante.
La búsqueda de las raíces podrá conducir a la magia de
los Elus Cohens, así como a la simplicidad, la sobriedad
y la libertad.
De este modo, aquél que quiera aproximarse a esta
tradición y avanzar hacia sus misterios y ritos, debe
adherirse a la sensibilidad que se desea encontrar allí.
De centenares de personas que pasan el portal de esta
tradición, pocas quedarán después de algunos años.
Menos numerosos son aquellos que lograrán penetrar en el
corazón, de aquello que se ha venido en llamar el
esoterismo cristiano.
En consecuencia, hay detrás de cada cuál una llamada,
una fuerza que dirige a cada uno misteriosamente hacia
estos portales.
Todos aquellos que se han aproximado a esta tradición
han sentido este deseo, esta fraternidad que les
permitiría profundizar aquello que ellos habían abordado
individualmente y, con frecuencia, intelectualmente en
los libros.
La perspectiva de un intercambio productivo, la
atracción del rito y el valor que aun hoy en día tiene,
hace que sean numerosas las personas que se afilian
después de haber pasado por diversas órdenes.
Más allá de esta aparente diversidad, la experiencia
cotidiana demuestra la permanencia de un pensamiento y
de un carácter martinista independientes de las
estructuras visibles capaces de hacer germinar en cada
uno, aquello que denominamos
"la llamada" o "el deseo de la búsqueda".
Para la Orden Martinista la fraternidad no es una
finalidad,
es la consecuencia de su caminar místico.
La tradición Martinista es algo más que un rompecabezas
de diferentes corrientes, de las cuáles nos podría
faltar un trozo;
es la presencia sobre nosotros de un pensamiento,
de una egrégor que sintetiza una comunión de espíritu y
de símbolos entre diferentes personas.
Es partiendo de esta certificación que nosotros hemos
podido describir esta corriente occidental evitando
extraviarnos en una historia estéril o en una
parcialidad reductora.
En efecto, existe un objetivo Martinista trascendiendo a
los seres que han constituido su historia.
Se trata de la defensa y del servicio invisible del
esoterismo cristiano.
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