EL LOCO
Carta número 0
Esta carta habla de
un joven aventurero
que lleva en su
brazo un petate. Se
encuentra ante un
precipicio con total
tranquilidad, se
siente libre. Mira
el alba con
intensidad
imaginando qué
nuevas aventuras
surgirán. Un perro
le acompaña
indicando que no
está sólo. Ha salido
de una cueva en
busca de un camino
que va a empezar a
recorrer. Un camino
que le hará persona.
Este muchacho marcha
sin prejuicios de
ningún tipo, abierto
a todo lo que venga.
La palabra clave de
la carta es instinto
puro.
Aplicando la carta a
nuestra vida,
representa ese
momento en que algo
nos empuja a
lanzarnos al vacío,
a romper la
monotonía que rodea
nuestras vidas e ir
en busca de
aventuras.
Muchas personas son
infelices o sienten
que a su vida les
falta algo debido a
que este impulso
resulta muy difícil
de seguir pues no
responde a ningún
plan prefijado en el
que tengamos claro
todo el camino. No,
no vamos sobre
seguro en el loco.
Por ello nuestra
“razón” suele
inclinarse por
decirnos que es una
locura, que
podríamos perderlo
todo inútilmente,...
¿Cómo podemos pensar
que seguir este
impulso nos va a
traer desgracias si
nunca lo hemos
seguido? ¿Cómo
podemos pensar que
seguir este impulso
nos va a traer
desgracias porque
cuando lo hemos
hecho así ha sido?
Pero comentamos para
este último
supuesto, acaso en
esa desgracia la
vida no nos enseñó
nada, no tenemos un
nuevo conocimiento
que nos pondrá sobre
aviso para nuevos
acontecimientos del
mismo orden,
¿realmente ese dolor
no ha valido para
algo?
Querido amigo,
nuestro ser es muy
sabio y sabe lo que
hace a pesar de que
la incertidumbre nos
rodee. Por ello
cuando sintamos que
algo nos empuja
irremediablemente a
cambiar de casa,
buscar otro trabajo
aunque este bien
retribuido el
actual, dejar la
carrera para
estudiar otra cosa,
casarnos, tener un
hijo... animémonos a
seguirlo y dejemos
fluir ese aliento
divino.
Porque si nos
dedicamos una y otra
vez a negar su
existencia, lo único
que conseguimos es
aplastar nuestra
juventud interior y
nuestra creatividad
que hacen de nuestra
vida un todo lleno
de alegrías y
tristezas que nos
enseñan quienes
somos nosotros.
Ejercicios:
1º) Intenta sentir
la carta del loco en
una parte de tu
cuerpo y deja que
hable por si misma.
Estate atento a como
se siente, a lo que
te dice; puede ser
una imagen, un
sonido, ganas de
hacer algo,...
Después reflexiona
sobre el ejercicio.
También sería muy
bueno que lo
apuntaras en una
libreta. Por
ejemplo, si te
produce dolor, no
podría ser que tu
loco está sufriendo
porque cada vez que
surge tratas de
olvidarlo o no le
prestas atención. O
si por el contrario
te viene la imagen
de ti mismo en un
agradable campo
caminando por una
ladera, podría
significar que tu
loco es feliz porque
le dejas fluir,...
Nadie mejor que tu
puede saber lo que
significa este
ejercicio para ti.
Analízalo durante
una semana y apunta
tus reflexiones en
la libreta, pero
recuerda que si
realmente deseas
conocerte y
mejorarte tendrás
que ser totalmente
sincero contigo
mismo y aceptar los
errores que vayas
observando en ti,
sólo a través de ese
camino lograrás tu
objetivo.
2º) En este nuevo
ejercicio se trata
de que dejes fluir a
través de tu cuerpo
una postura que
exprese el loco que
llevas dentro.
Puede ser tirado en
el suelo, una
postura fetal, un
llanto, con las
manos levantadas,...
Presta mucha
atención a lo que
sientes, a la
información que
recibes de esa
postura y apúntalo
en tu libreta cuando
termines. Después
una vez más, analiza
lo que has hecho.
Por ejemplo, si es
una postura fetal
sientes que estás a
la defensiva o que
por el contrario
estás en paz; si
sientes que
necesitas llorar es
de alegría o de
amargura, ¿por qué?
Etc.
Reflexiona sobre tus
sentimientos y
sensaciones. Luego
siempre llega el
conocimiento.
EL MAGO
Carta número I
La carta nos habla
de un chico joven,
vestido con una
túnica y con el
símbolo del infinito
sobre su cabeza en
forma de gorro. Con
su mano izquierda
señala al cielo y
con la derecha a la
tierra. Delante de
él, encontramos unos
objetos que
simbolizan el poder
creador que todos
llevamos dentro. Se
nos despierta un
sentimiento de
poder, de misterio,
de magia. La palabra
clave es poder
creativo y guía
interno.
El mago es un ser
divino y humano al
mismo tiempo. Este
personaje es la
consciencia del
poder, sigue la
voluntad cósmica, y
sin deseos propios
hace de puente entre
el cielo y la
tierra, entre la
materia y el
espíritu, entre
nuestra alma y
nuestro cuerpo...
Es la consciencia
del yo superior que
tiene sus raíces en
todos nosotros. Es
ese poder que más de
una vez hemos
profesado en el
realizamiento de
nuestros deseos,
nuestras creaciones.
Nuestro mago
interior es nuestro
protector y guía en
nuestra evolución
personal. Él nos
conduce sabiamente
por la vida incluso
en aquellos momentos
en que sentimos que
estamos perdidos y
no sabemos lo que
será de nosotros.
En ese momento, algo
nos incita a tomar
una dirección
determinada, una
decisión, un
compromiso como si
de adivinación se
tratara. Así nuestro
mago no nos da las
pistas de una forma
directa, sino que
recurre a
herramientas como el
tarot, los sueños,
inspiraciones,
intuiciones,
visiones...
Es por ello que no
se puede tener al
servicio de nuestro
ego o personalidad
siempre que nos
apetezca, pues él
sólo aparece cuando
lo considera
realmente necesario.
No para decisiones
ni momentos
cotidianos sino para
la transformación en
nuestra vida, para
dirigir un cambio
importante.
Seguir al mago es
seguir la
incertidumbre pues
no quiere decir que
no nos lleve a
través del dolor y
el esfuerzo, pero
recuerda que como él
es tu sabiduría
cósmica, sabe lo que
hace; así que no le
tengas miedo y
déjale fluir pues
sino podrías
reprimir esas
cualidades de poder
que llevas dentro y
correrías el riesgo
de quedarte
estancado en tu
vida.
¿Te atreves a
descubrir tu poder
creativo?
Ejercicios:
1º) Para empezar, en
este ejercicio
intenta recordar
todos aquellos
momentos en los que
misteriosamente se
cumplieron tus
expectativas para
alguna cosa o
acontecimiento.
Observa dentro de ti
y busca recordar qué
fuerza le imprimías
a esos deseos,
¿podría ser tu mago?
Paralelamente
recuerda también
aquellos momentos en
los que saliste
indemne
milagrosamente, o
encontraste un
camino escogido por
intuición,...
¡Descubre a tu mago!
Después reflexiona y
si puedes apúntalo
en tu libreta.
¿Realmente no has
encontrado a tu mago
en algún momento de
tu vida? O por el
contrario ahora caes
en la cuenta de que
está ahí, de que en
esos momentos en los
que estabas en el
abismo has salido a
flote sin saber
porqué, de que
cuando eras pequeño
siempre deseaste
conseguir aquello
que parecía
imposible y que
finalmente
conseguiste aunque
haya tardado tiempo.
2º) Para completar
los ejercicios
sentiremos a nuestro
mago. Debes sentir
en tu interior su
significado. Deja
entonces fluir una
postura corporal que
represente a tu
mago.
Siente esa postura,
y pregúntate cómo te
encuentras. Dejas
fluir al mago o lo
tienes bloqueado y
porqué. ¿Tiene poder
tu mago? ¿Está muy
apegado al mundo
material o por el
contrario está muy
apegado al mundo
espiritual, hay
equilibrio? Mira la
postura de tus manos
que para el mago son
muy importantes. La
izquierda representa
la materia, el
pasado; la derecha
representa la
energía cósmica o
espíritu o como
quieras llamarlo, es
también el futuro.
¿Cómo están tus
manos, tus piernas,
tu cuerpo...? Hay
timidez o valentía,
hay tristeza o
fuerza. Analízalo
con detenimiento y
pregúntate siempre
el porqué. Recuerda
que tú eres el que
tiene la respuesta,
sea lo que sientas,
admítelo.
LA SUMA SACERDOTISA
Carta número II
La carta nos habla
de una mujer joven.
Nos produce
serenidad, misterio,
poder. Lleva puesta
una túnica azul
cielo y en su cabeza
vislumbramos una
corona que la
identifica como
princesa en su
mundo. En sus manos
está abierto el
libro de la
sabiduría. La
palabra clave es
subconsciente.
Sabemos que nosotros
nos dividimos en dos
partes
fundamentales, una
consciente y otra
subconsciente. La
consciente es esa en
la que estamos todos
los días en casi
todos los momentos
de nuestra vida, en
ella está parte de
nuestra razón
humana, con ella
sabemos muchas cosas
de lo que llamamos
mundo real, y nos
ayuda a manejarnos a
nivel cotidiano por
él.
Pero también hay
otra parte
fundamental de
nosotros de la que
raras veces nos
acordamos: nuestro
subconsciente. Es
posible que te
preguntes qué es en
realidad el
subconsciente, y la
respuesta es que el
subconsciente es esa
parte olvidada por
nosotros, es
conocimiento,
nuestro sabio
conocimiento del
sentido de la vida,
de nuestro destino,
de nuestras
capacidades.
Representa nuestro
mundo interior que
en esoterismo tanto
perseguimos liberar.
Allí escondido esta
nuestra sabiduría
divina, lo que
alguno llama
“poderes”.
Pero a este mundo
interior no se puede
llegar a través de
la razón, y del
pensamiento
racional. Este mundo
está gobernado por
manifestaciones
totalmente distintas
y que se hacen
relevancia en
nosotros a través de
los sueños, las
intuiciones... ideas
inexplicables desde
un comienzo. Es un
mundo donde tus
sentimientos sobre
lo que significa
cada manifestación
priman por encima de
interpretaciones
cerradas en el
intelecto. Este
espacio se abre a ti
a menudo, aunque
probablemente no le
prestes mucha
atención o no la
debida.
El mayor problema
que representa es
que es un mundo
indomable, no trates
de hacerlo tuyo y
utilizarlo a tu
beneplácito; él es
libre y sólo actúa
en libertad. Tu
único papel con
respecto a él es
prestarle atención,
porque si pierdes el
contacto con él
entonces corres el
peligro de cerrar su
puerta, y perderías
un gran conocimiento
que te guía en tu
caminar hacia tu
destino. Debes
prestar más atención
a las pistas que te
envía la vida.
Ejercicios:
1º) En este
ejercicio vamos a
realizar una
relajación inducida.
Para ello apréndete
el recorrido que te
comentamos a
continuación y
cuando te sientas
relajado para
empezar vete
visualizando en tu
mente el camino y lo
que vas haciendo y
viendo en él.
Bien, en un
principio deberás
situarte en un
hermoso paisaje
donde encuentres los
cuatro elementos
naturales: agua,
viento, fuego y
tierra. Pueden estar
representados como a
ti te apetezca; lo
fundamental es que
sientas que en ese
lugar te llenas de
fuerza y energía, y
que nada puede
pasarte. Tómate todo
el tiempo que
necesites y que te
apetezca, y cuando
te sientas preparado
visualiza un camino
en tu paisaje, y
cómo empiezas a
caminar por él.
Poco a poco
visualizarás una
figura al fondo que
en un principio la
ves borrosa por la
lejanía, pero que a
medida que te
acercas la comienzas
a ver con más
claridad hasta que
te encuentres a su
lado. Repito, tómate
el tiempo que
necesites, la figura
puede ser cualquier
cosa, no te
preocupes porque tu
recorrido sea
coherente, sólo
déjate llevar.
Una vez al lado de
la figura le
preguntarás lo que
te apetezca,
generalmente se
empieza con las
preguntas ¿qué haces
aquí? y/o ¿quién
eres? Después en
función de lo que te
responda tu mismo
decidirás qué
preguntar. Después
de sentir que has
acabado de hablar,
observas que ello te
da algo para que a
partir de ese
momento te sientas
mejor, una
herramienta que
necesitabas para
continuar tu vida
positivamente. A
cambio tu le darás a
ello otra cosa que
desees dejarle para
que la cuide.
Cuando hayas
terminado el
intercambio
visualizarás que te
das la vuelta y
volverás a tu
paisaje. Allí espera
un ratito, nútrete
con su fuerza y
luego poco a poco
vete abriendo los
ojos para tomar
consciencia de ti.
Después reflexiona y
si puedes apúntalo
todo en tu libreta.
¿Qué te ha dicho?
¿De qué habéis
hablado? ¿Tiene para
ti algún sentido
ahora? ¿Qué te ha
dado para llevar la
vida mejor? ¿Qué le
has dado?... Date
cuenta de que lo que
has hecho es
acercarte al
subconsciente para
descubrir algo
importante para ti.
Puede que a lo mejor
ahora no tenga
coherencia, pero
seguro que más
adelante
comprenderás lo que
te decía. Lo
importante es que
nunca te olvides de
él y de su
importancia para
contigo, tu vida y
tu formación como
persona hasta llegar
al ser.
LA EMPERATRIZ
Carta número III
La carta nos habla
de una mujer
hermosa. Con
semblante cálido,
está cubierta por
una túnica y una
corona que nos hacen
sospechar su inmenso
poder. Se encuentra
en un trono en medio
del bosque donde
también hay un
riachuelo que corre
por el borde de la
carta. Realmente
desprende una gran
feminidad,
delicadeza y sobre
todo maternidad. La
palabra clave es
maternidad.
La emperatriz es
nuestra gran madre,
al igual que en la
gestación es la que
nos dona nuestro
cuerpo físico con
sus necesidades y
posibilidades. La
existencia de un
cuerpo por el que
percibir las cosas,
sentir sensaciones,
dota al loco de una
nueva posibilidad
para aprender y
disfrutar la vida.
Para nosotros,
nuestro cuerpo
representa el enlace
incorruptible que
tenemos con la
naturaleza, sin el
cual caeríamos
irremediablemente en
un mundo meramente
intelectual, lejos
de los sentimientos
y la vida cotidiana.
Por ello es
necesario que
descubramos nuestro
cuerpo, cómo se
encuentra, que le
prestemos atención;
porque sin él o sin
su salud sabemos que
la vida no se
experimenta en todas
sus facetas. Debemos
descubrir nuestro yo
físico para poder
experimentar la
plenitud.
La emperatriz es
también el
sentimiento, nuestra
faceta sentimental
que a menudo se
relaciona con las
mujeres, pero que
realmente debido a
nuestra dualidad se
encuentra en todos
los seres humanos.
Un hombre también
posee dentro de si
una emperatriz, un
aspecto sentimental.
Esta carta a su vez
se engloba
representando a
nuestras madres y
nuestros
sentimientos hacia
ellas. Cuando somos
pequeños el instinto
maternal que nos
profesa nuestra
madre nos provoca
una gran sensación
de seguridad y
protección,
sensación que
absorbemos cuando
somos adultos para
convertirla en
nuestra, asimilando
así nuestra
confianza y
seguridad en
nosotros mismos de
un modo natural. Es
nuestra madre la que
nos enseña estos
sentimientos que tan
necesarios son para
seguir caminando por
la vida.
Pero como todo, el
exceso se torna
peligroso, y así
esta carta puede
resultar perjudicial
si la protección y
seguridad es
excesiva. Algunas
madres quieren
proteger tanto a sus
hijos, que impiden
que el niño se
desarrolle y
evolucione con sus
propias
experiencias.
EJERCICIOS:
Todos los educadores
saben la importancia
que tiene la
relación con
nuestros padres en
la infancia. Ya que
suele ser el origen
de numerosas
carencias que al
crecer se convierten
en obstáculos para
nuestro ser. Para
ello el ejercicio
fundamental para
esta carta es coger
una foto de nuestra
madre, y tras un
periodo de
relajación como a ti
te convenga,
escribir en tu
libreta personal qué
sentimos hacia ella,
qué pensamos que
siente ella hacia
nosotros, cómo la
vemos, cómo es
nuestra relación con
ella, qué recordamos
con especial interés
sea bueno o malo.
Puede que realmente
tu madre te haya
dotado limpiamente
de esa afectividad
maternal de
seguridad y
protección, puede
que por el contrario
te des cuenta de la
carencia afectiva
que has tenido por
su parte; puede que
hayas aprendido de
tu madre un
comportamiento
victimista o por el
contrario que
supiera darte lo que
sabía que
necesitabas sin
contemplaciones;
puede que te dejara
libre a tus
experiencias o por
el contrario que
fuera tan posesiva
que no te dejara
respirar.
Si la balanza se
torna desequilibrada
o negativa, anímate
a preguntarte qué
aspectos de tu madre
que no te gustaban o
que te han hecho
daño, o que te
faltan, son los que
pudieras estar
reproduciendo ahora.
En qué parte de tu
vida te comportas
como tu madre o de
una forma
determinada por
influencia de tu
madre.
Ante todo no
entiendas que se
trata de echarle la
culpa de algo a tu
madre, sino de
observar en ti los
efectos de ella,
cómo te han
afectado; así sabrás
si hay algo de tu
comportamiento en
este sentido que
descubras en ti o
que quieras cambiar.
Puede que la balanza
se torne positiva y
reconozcas que tu
madre estuvo
perfectamente en su
papel, si es así, es
bueno que también
observes en tu vida
y tu comportamiento
cómo ha influido tu
madre, que sepas
donde comienzan tus
enseñanzas y las de
ella, porque así te
conocerás un poquito
más.
EL EMPERADOR.
Carta número IV
La carta nos habla
de una fuerza
sobrecogedora. El
emperador está
sentado sobre un
trono y por sus
vestimentas
descubrimos su poder
y su linaje. Con
semblante serio
clava su mirada en
el báculo que
soporta
transmitiéndonos su
valor y su fuerza.
Su barba nos hace
pensar en su
aparente sabiduría.
La palabra clave es
paternidad.
Espíritu es la más
alta cualidad de
esta carta. Al
contrario que la
emperatriz cuyos
sentimientos
maternales no
hablaban de nuestro
cuerpo, el emperador
representa nuestras
cualidades morales,
nuestros ideales
espirituales. Todos
tenemos un emperador
que nos ayuda a la
autosuficiencia, que
nos forja la
voluntad de seguir
adelante cuando
tenemos fe en algo,
representa a su vez
nuestro desarrollo
educacional por el
camino ideal que
queremos emprender.
Cuando luchamos por
un ideal,
perseguimos un
camino espiritual,
etc. significa que
nuestro padre
interno está
latente, pero
cuidado, pues la
lucha espiritual
puede volvernos
intransigentes,
fanáticos y ciegos a
los sentimientos, a
lo que nos ocurre, a
los cambios, al
dolor de los demás,
por ello aunque el
loco debe aprender
ahora los principios
morales que regirán
su vida para
formarse como ser
humano, no debe
transgredir la línea
de equilibrio
espiritual que nos
haría perder el
rumbo de nuestra
relación con la
realidad física y
con los demás seres
humanos, así por
ellos debe estar
abierto al cambio.
El emperador puede
compadecerse,
ayudar; pero también
comportarse con
rigidez implacable,
y destruir si no se
da cuenta de su
comportamiento.
De este modo la
emperatriz y el
emperador forman un
todo que en
equilibrio
transforman la
personalidad hacia
el encuentro
adecuado del
espléndido ser sin
sufrimientos ni
fracasos que todos
llevamos dentro.
Ejercicios:
Vamos a buscar dos
fotos de nuestro
padre, una que nos
guste mucho y otra
que no nos guste
nada. Entonces tras
un periodo de
relajación como a ti
te guste escribirás
en tu libreta
personal porqué te
gusta la foto y por
qué no te gusta la
otra. Trata de
recordar momentos
maravillosos con tu
padre, y también
momentos
desagradables. ¿Ha
cumplido tu padre su
función de educador
moral (la moral
considerada desde el
punto de vista de
las fuerzas del
espíritu, no la
moral social de las
reglas de conducta)
y ético? ¿Te ha
dotado de fuerza de
voluntad? Pregúntate
si no hay una
carencia en este
sentido dentro de
ti. Analiza si esa
parte de tu
crecimiento como
persona está
perfectamente
cubierta o por el
contrario flojea.
Pregúntate si no
eres demasiado
intransigente en tu
camino espiritual,
en tus ideales.
Pregúntate si no
sería posible
cambiar esa parte de
ti y perfeccionarla
en el caso de que
falle por alguna
parte.
Recuerda que no se
trata de incriminar
a tu padre, sino de
reconocer en ti un
posible
desequilibrio,
carencia,
intransigencia
moral, ética,
espiritual. ¿Estás
tranquilo cuando
piensas sobre ello o
hay algo que se
mueve en tu interior
que no te guste? Tú
tienes la respuesta,
y en tu mano está
decidir si debes o
no cambiar alguna
actitud.
EL SUMO SACERDOTE.
Carta número V
La carta nos habla
de un sacerdote en
un trono. Vestido de
gala, levanta sus
manos en el aire
portando un báculo
en una de ellas.
Mira de forma
apacible, tranquila,
no inspira acción,
simplemente
serenidad. La
palabra clave es
reflexión y
sanación.
Todos estamos
acostumbrados a
avanzar en la vida
siempre pensando
hacia delante.
Suponemos que la
única manera de
mejorar es dando un
paso más en nuestro
camino. Pero a veces
es necesario parar a
reflexionar sobre lo
que estamos
haciendo. Esta carta
es una carta sin
acción, pero a pesar
de ello es también
extremadamente
valiosa.
Este maestro, o
sacerdote representa
nuestra unión con
Dios, con nuestro
Dios. Si recordamos
en la carta
anterior, la
sacerdotisa, nos
encontrábamos con un
mundo escurridiza,
oscuro, difícil de
interpretar. El sumo
sacerdote es el
puente entre la
sabiduría cósmica y
la material; y por
tanto puede
construirse con la
inteligencia, y no
sólo con instinto.
Pero su sabiduría no
proviene de libros,
de teorías
complejas;
simplemente el
sacerdote obtiene su
conocimiento a
través del dolor, de
la experiencia, no
es un mero
espectador en la
vida sino un
personaje clave de
la misma.
El sumo sacerdote
somos nosotros
mismos compartiendo
momentos
espirituales y
momentos animales.
En un momento como
en el que nos
encontramos ahora es
necesario buscar qué
es lo que quiere la
vida de nosotros,
elevándonos a un
plano espiritual,
pero atrayendo el
conocimiento a este
plano de la materia.
Es un momento para
que reflexionemos
cómo van las cosas y
qué esperamos de
ellas. Para que nos
demos cuenta de
nuestros errores
pasados, para que
analicemos lo que
hemos hecho hasta el
momento y hacia
donde nos ha
llevado.
Porque sólo
conociendo nuestro
pasado, entenderemos
nuestro presente, y
sabremos donde nos
llevará nuestro
futuro.
Ejercicios:
El ejercicio para
esta carta es el
siguiente. Intenta
alcanzar un estado
de relajación
máxima, y luego pide
que a través de una
sensación se te
revele cual es tu
camino en esta etapa
de tu vida. Después
de recibir la
sensación, pide que
a través de una idea
se te comunique
sobre qué deberías
reflexionar.
Recuerda que a quien
se lo pides es a tu
sumo sacerdote, a
esa parte de ti que
está ahí para
ayudarte, como una
herramienta para
centrar tus
esfuerzos en tu vida
y en tu evolución
como persona. Te
será siempre muy
útil para obtener
pistas cuando te
encuentres
desorientado.
LOS ENAMORADOS
Carta número VI
La carta nos habla
de un precioso
jardín. Dos figuras
jóvenes aparecen en
un lado de la carta
y una adulta (la
madre del chico)
aparece en el otro.
Por encima de ellos
aparece un ser
supremo,
observándolos,
incluso
cobijándolos. Un
hermoso sol brilla
por encima de todo
provocando la
sensación de un
ambiente cálido. No
transmite dolor,
penuria; simplemente
transmite quietud.
La palabra clave es
elección.
Nuestros caminos en
la vida no sólo no
son de rosas a
veces, sino que en
otras ocasiones nos
encontramos metidos
en un sin fin de
encrucijadas.
Amigos, ese ser
supremo, ese dios,
nos ha dotado de
libertad, de libre
albedrío. No nos
obliga a realizar lo
que él desea para
nosotros, ni nos da
mandatos (al
contrario de lo que
muchas personas
piensan), ni nos
prohíbe cosas; y por
lo tanto, por
increíble que te
parezca, no te
castiga.
Y ahora preguntarás,
¿entonces por qué me
ocurren cosas malas
en la vida, por qué
me sale todo mal?
Eso que tu
consideras
desgracias, te
ocurren por tu libre
albedrío, por el uso
que le das a tu
libertad. Recuerda
siempre que no somos
esclavos de Dios (o
como desees
llamarlo), sino que
somos sus hijos, sus
hermanos, somos
parte de él. Por
ello incluso antes
de nacer tenemos
derecho a escoger, y
así lo hacemos.
Es importante no
tomarse las
elecciones a la
ligera. Eso es lo
que nos recuerda
esta carta. Pues
tienes que pensar
que el futuro, tu
futuro, depende de
innumerables
elecciones que vas
haciendo en tu vida.
Es lo que se
denomina ley de
causa-efecto. Tu
sabes que si tiras
una piedrecilla en
el agua ésta se
hundirá provocando
una serie de ondas
que serán más o
menos fuertes según
la fuerza que le
imprimas. Pues has
de imaginarte que
esa piedrecilla es
tu elección en un
momento dado, según
sea de grande esa
elección, así se
transformará tu vida
hacia una nueva
meta, o así te
costará más o menos
llegar a tu
objetivo.
No hay cosa más
difícil para el
hombre que tener que
elegir. Cuando en tu
vida hay algo que no
te gusta o por lo
que sientas dolor,
se debe siempre a
una elección que has
hecho en tu pasado.
Y ahora dirás: pues
yo no recuerdo haber
elegido esto. Ahí
radica una de las
grandes dificultades
de la libertad
individual, y es que
a veces hacemos las
elecciones
inconscientemente,
por ejemplo cuando
decimos que estamos
hartos de nuestro
trabajo, que es muy
cansado, y estamos
así casi todos los
días, estamos
eligiendo,
decretando que no
nos gusta nuestro
trabajo, y por lo
tanto que nos
gustaría dejarlo y
buscar otro que nos
guste más. De ese
modo la vida nos
ayuda en nuestra
elección por ejemplo
despidiéndonos de
ese trabajo, o
llevando al garete
nuestro negocio para
que demos el paso
que hemos escogido
hacia otro lugar.
Esto no significa
que nuestro destino
esté completamente
en nuestras manos,
pues hay algunos
momentos u objetivos
en los que escojas
lo que escojas te
llevarán a lo que se
ha decretado para
ti, simplemente tus
elecciones harán que
el camino sea más o
menos difícil.
Bien, de este modo
cuando hacemos
elecciones nos
jugamos nuestro
caminar, pero hay
algo más que también
las hace muy
difíciles en algunos
momentos: el
sacrificio, que
pronto aprenderemos
en otro arcano.
Simplemente decirte
que a veces cuando
tomas una decisión o
una elección tienes
que sacrificar algún
deseo, algún
sentimiento, lo que
hace que pueda ser
muy duro.
No te guíes por el
dolor, no decidas en
función de lo que te
duele más o menos,
pues el dolor es
pasajero y casi
siempre necesario, a
veces lo más
terrible del mundo
termina por
convertirse en lo
más maravilloso que
te ha pasado, guíate
por tu mago, por tu
sacerdotisa, por tu
sacerdote, por todo
tu instinto o tu
ser. Con las
herramientas que de
momento te hemos
dado ya estás
preparado para tomar
las elecciones de
una manera más
adecuada para ti.
Ahora bien, una
última cosa al
respecto. Al igual
que Dios no te
obliga a elegir lo
que él desea para tu
progreso, tu debes
comportarte así con
tus compañeros,
familiares. Cada
cual tiene su
derecho a escoger lo
que desee, aunque
desde fuera del
asunto tu sepas que
se está equivocando,
aunque eso te
provoque dolor
(hasta que no
comprendas qué es la
libertad). Si
quieres y lo crees
conveniente puedes
aconsejar, pero
jamás deberías
interferir en el
libre albedrío
porque piensa en la
ley de causa-efecto.
Pues si tu elección
es interferir,
obtendrás una
consecuencia a raíz
de ello, quizá te
ocurra lo mismo y
alguien te obligue a
elegir, o quizás te
veas envuelto en una
pelea que no te
correspondía sin
darte cuenta, o...
Ésta es por tanto
otra de las grandes
lecciones que debe
aprender el hombre:
respetar las
libertad de los
demás.
Ejercicios:
Prueba a elegir
sabiendo y siendo
consciente de lo que
eliges, observa que
ocurre tras tu
elección y
pregúntate porqué.
Haz una lista con
tus anhelos sinceros
y escríbela en tu
libreta personal,
comprueba a ver si
alguno se cumple o
se ha cumplido y no
te has dado cuenta.
Tu tienes poder para
conseguir todo lo
que necesites en
cada momento. Sólo
tienes que confiar
en esa capacidad que
posees innata,
observar muy bien en
todo momento como es
real todo esto.
Quizá en tus
comienzos no pueda
ser a lo grande ni
en todas las
ocasiones pues es
probable que dudes y
por lo tanto si no
confías no lo
consigues, pero
intenta practicarlo
con cosas pequeñas.
Por ejemplo, estás
tremendamente
ocupado, y necesitas
desesperadamente un
café pero no
encuentras tiempo
para ello. Por qué
no intentas pararte
un segundo y pedir
interiormente que
necesites un café y
un respiro. Mira a
ver que pasa, pero
ante todo intenta
hacerlo con la mente
abierta, y no en la
negación absoluta.
EL CARRO
Carta número VII
La carta nos habla
de un carro tirado
por dos caballos,
uno es blanco el
otro marrón. Una
extraña sensación de
firmeza, y de
control se desprende
del dibujo; es
curioso pues
observamos que los
caballos están
orientados hacia
direcciones
contrarias. La
palabra clave es
lucha interna.
Nos encontramos pues
ante uno de los
grandes principios
universales: la
polaridad, la
dualidad. Todos
sabemos que en la
naturaleza nos
encontramos con esos
polos
positivo-negativo,
hombre-mujer,
blanco-negro,
dulce-salado,
alegre-triste,
bueno-malo,
yin-yang...
Esta polaridad
también existe
dentro de nosotros.
¿Cuántas veces hemos
deseado hacer una
cosa, y luego en
nuestro propio fuero
interno hemos
decidido que no
estaría bien? O al
revés, ¿cuántas
veces no hemos
querido hacer algo y
sin embargo lo hemos
hecho porque una
parte de nosotros
nos decía que
debíamos hacerlo?
Esto es lo que trata
de transmitirnos
esta carta.
El caballo negro
está en relación con
el cuerpo y sus
comportamientos
viscerales, ocultos,
no admitidos,
prohibidos,
pecaminosos, faltos
de educación. El
caballo blanco está
en relación con la
mente y sus
comportamientos
espirituales,
permitidos,
honorables, limpios.
De este modo la
mayoría de las veces
nos encontramos con
luchas internas en
las que no sabemos a
qué esfinge seguir.
¿Qué pasa si sigo
por la izquierda? ¿Y
si voy por la
derecha? El carro
quiere que nuestro
loco aprenda una
lección muy
importante en su
vida: el dominio.
Debemos de ser como
ares, el conductor
del carro y no
comportarnos como un
solo caballo.
Debemos admitir que
tenemos estos
sentimientos
violentos,
viscerales,
prohibidos y que por
mucho que lo
intentemos no
podremos deshacernos
de ellos, ni
enterrarlos en el
subconsciente; por
que están en
relación con nuestro
cuerpo animal y por
lo tanto no podemos
ignorarlos. Por lo
tanto, no podemos
volcarnos en seguir
el camino de la
mente porque ¿qué es
la mente sin el
cuerpo? Debemos
comprender y
entender en el plano
que nos movemos y
utilizar todas las
herramientas que se
nos brindan en éste.
Ahora bien, si nos
volcáramos sólo en
el instinto tampoco
resultaría
provechoso, como es
evidente. De este
modo se nos plantea
a nivel interno una
lucha continua en
cómo debemos actuar,
en no perder el
control, en no ser
demasiado
teórico,... lucha
que también puede
venir importada
desde fuera.
Se trata de aprender
a compaginar y
utilizar los grandes
caudales de energía
que provienen de
ambas partes de
nosotros mismos para
intentar orientarlas
hacia un único
camino, hacia
nuestra evolución y
progresión. Pero de
ello seguiremos
hablando en la
próxima carta: la
fuerza. Por el
momento intentaremos
reconocer en
nosotros esas dos
esfinges, ponerles
nombre si fuera
posible.
Ejercicios:
Para esta carta
haremos un bonito
ejercicio de
relajación y
visualización.
Buscaremos una
intensa relajación
en el modo que
prefieras, se trata
de que te imagines
en un museo de la
materia que a ti te
guste, y que trates
de encontrar en ese
museo los dos
caballos. Éstas
pueden estar
representadas por
cualquier cosa: un
cuadro, un banco,
una persona, una
pared, una luz, etc.
Lo que tu
subconsciente desee
transmitirte.
Después anota en tu
libreta personal
todo lo que has
sentido, visto,
oído, pensado...
Especialmente
intenta analizar
objetivamente cómo
se encuentran dentro
de ti esos dos
caballos.
Por ejemplo ¿tienes
en un pódium al que
representa al
caballo blanco?
¿Algo mugriento
representa al
caballo negro? ¿Al
revés? ¿Por qué
crees tú que es
así?.
LA JUSTICIA
Carta número VIII
La carta nos habla
de una mujer que en
una mano sostiene la
espada de la
justicia y en la
otra la balanza que
le ayuda a sopesar
las cosas para
llegar a un juicio
imparcial. La
palabra clave es Yo
Soy y Objetividad.
Somos el centro a
través del cual
suceden las cosas.
Esto es fundamental
que lo entiendas.
Este es un punto en
que es necesario
comprender que todos
nosotros poseemos un
único ser. Ese ser
es perfecto solo que
nuestro ego nos ha
borrado toda
identidad o
manifestación
consciente del
mismo. Para sacar a
flote nuestro ser o
nuestro “Yo Soy”, es
la finalidad de este
curso, así como
especialmente la de
esta carta.
Nuestro ser no es
intenciones, deseos,
emociones;
simplemente ES. Para
manifestarlo es
fundamental el
equilibrio, y no
sólo el equilibrio
exterior, sino
fundamentalmente el
equilibrio interior.
El ser humano en
general se aliena
con todo lo que le
ocurre. Pierde la
atención de sí mismo
y la traslada a
todos sus problemas,
amistades,
acontecimientos...
Esto es lo que le
hace ser infeliz la
mayoría de la veces;
porque se deja
arrastrar por una
corriente que como
decíamos en la rueda
de la fortuna, unas
veces nos deja
arriba y otras
abajo. Somos como un
recipiente relleno
con nuestro ser. Ese
recipiente puede
romperse, cambiar de
color, de forma,
pero lo de dentro no
se modifica, sigue
siendo lo mismo,
pura sabiduría de
amor.
Pase lo que te pase
tu ser nunca te
abandonará porque es
la parte más
importante de ti,
eres tú. Por ello,
sin consiguiéramos
estar en todo
momento con la
atención en nuestro
“Yo Soy” nuestra
vida será armónica,
comprenderíamos a la
perfección porqué
nos sucede lo que
nos sucede, y como
consecuencia
seríamos mucho más
felices. Obviamente
hay que reconocer
que resulta
especialmente
difícil en esta
sociedad estar ni
tan siquiera cinco
simples minutos en
nuestro “Yo Soy”.
Pero hay que
intentarlo con
perseverancia ya
desde este momento,
eso si, sin agobios
ni presiones. Por
supuesto no se trata
de grandes
meditaciones, ni
apartarse de la
vida. Simplemente
recuerda la idea
principal: se trata
de que vivas la vida
con plenitud
mientras tu fuera
interno se halla en
equilibrio, en paz,
con confianza... Y
este sólo entenderá
con la práctica.
Ni que decir tiene
que por tanto todas
aquellas decisiones,
actuaciones,
realizadas desde
nuestro centro “Yo
Soy” siempre serán
acertadas.
Ejercicios:
a) Este es un
pequeño ejercicio
para no olvidarte
nunca de ti mismo.
Está orientado a
atraer la atención
sobre ti mismo
tantas veces como
puedas o quieras. Es
muy bueno para esos
momentos en los que
estamos enfrascados
totalmente con
alguna cosa,
trabajo, ejercicio.
Bien, se trata que
de vez en cuando, y
especialmente en
esos momentos de los
que te hablamos, que
te pares un segundo
a contestarte las
siguientes
preguntas: ¿Quién
soy? ¿Dónde estoy?
¿Qué estoy haciendo?
Puede que te parezca
que contestarte a
estas simples
preguntas sea una
tontería. Pero
recuerda siempre que
la verdad se alcanza
de la manera más
sencilla que existe.
Por ejemplo: estás
caminando a la
parada del bus, pero
a la vez vas
pensando en qué vas
a hacer cuando
llegues a casa.
Entonces te haces
las tres preguntas
“mágicas”. ¿Quién
soy? Soy X, ¿Dónde
estoy? Estoy en la
calle, ¿Qué estoy
haciendo? Estoy
caminando hacia la
parada del bus y
pensando qué voy a
hacer cuando llegue
a casa. Aunque te
parezca increíble.
Estas tres simples
preguntas te
ayudarán a centrar
la atención en ti en
todo momento.
b) Pero ahí no acaba
el trabajo. El
primer ejercicio es
muy bueno para
centrar la atención
en ti mismo, pero
también te hará
falta ir
acostumbrándote a
atraer a tu
conciencia tu ser.
Así que para ello
puedes hacer lo
siguiente. Cuando
tengas ganas y en el
lugar que te
apetezca durante el
tiempo que te sea
posible pronuncia la
palabra “Yo Soy” a
la vez que intentas
centrar tu atención
en ti mismo, en tu
cuerpo, en tu
fuerza, en tu
confianza.
Es muy probable que
las primeras veces
no sientas nada
aunque también
podría ser todo lo
contrario. Pero si
estás en el primer
caso no te
desanimes, porque
seguro que lo
conseguirás. Tu
sigue perseverante y
verás cómo en poco
tiempo logras sentir
una paz y equilibrio
interno que poco a
poco irán
transformando tu
punto de vista sobre
la vida. Es posible
que incluso en tus
comienzos sólo
puedas sentir tu “Yo
Soy” durante un
segundo, pero una
vez más te decimos
que no te preocupes
en absoluto por
ello. Confía en ti,
saca tu fuerza y
deja que tu ser te
guíen en este
camino. Él sabrá en
todo momento lo que
debe hacer y cómo
debe hacer, sólo
déjale hacer su
trabajo. No intentes
forzar las cosas,
todo a su debido
tiempo.
EL ERMITAÑO
Carta número IX
La carta nos habla
de un anciano
apoyado en un bastón
con la cabeza
agachada y sujetando
un candil. Se
desprende sabiduría
de él, pero también
algo de pesar. La
palabra clave es
paciencia.
La vida puede ser
muy dura a veces
para enseñarnos
alguna lección, y
ésta suele ser una
de las más difíciles
de aprender, pues no
se aprende a través
de la fuerza, del
intelecto, del
corazón; no, esta
lección se aprende
con todo tu ser.
¿Cuántas veces te
has encontrado con
una situación en la
vida, que por más
que lo intentes no
se soluciona?
¿Cuántas veces te
has visto impotente
ante diversos
acontecimientos? Esa
es la lección que el
Loco tiene que
aprender en el
ermitaño, la
limitación del
tiempo en este plano
en que nos movemos y
evolucionamos.
El tiempo es
inexorable, nunca
podremos volver a
vivir nuestro
pasado, pero tampoco
podemos acelerar
nuestro futuro. El
ser humano es como
una semilla que se
planta y que se debe
dejar crecer. A lo
largo de numerosas
primaveras va
soportando todo tipo
de penurias y
también alegrías que
le van transformando
en un precioso
árbol, pero si la
planta cuando
todavía es pequeña
intentara sacar
frutos sería fatal
para ella.
“Todo a su debido
tiempo” dice el
sabio. Y es que
muchas veces nos
obsesionamos
intentando resolver
problemas que por el
momento no deben ser
resueltos, te rompes
la cabeza con
cantidad de
historias en vez de
tranquilizarte y
dejar fluir todos
esos pensamientos
teniendo la
confianza de que
cuando necesites
encontrar la
solución, la
encontrarás.
Puede ser muy
doloroso, por
ejemplo, saber
perfectamente que
alguien querido está
equivocado, incluso
que te da la espalda
pensando que eres tú
el equivocado, y
sentir que hagas lo
que hagas, o digas
lo que digas, no vas
a conseguir abrirle
los ojos. Entonces
el ermitaño tiene
que retirarse y
observar, con
paciencia y fe en
que tarde o temprano
la solución
aparecerá.
En el ermitaño no
hay acción, hay
reflexión sobre los
acontecimientos que
nos traen de cabeza.
En el ermitaño sólo
hay una decisión:
esperar a que el
tiempo te traiga la
solución. Ello no
quiere decir que sea
desde la desidia o
la apatía, sino
desde el
discernimiento y la
reflexión de lo que
está sucediendo.
Para ello debemos
aprender a entender
y practicar la
paciencia, porque
sin la paciencia, la
espera hasta que se
resuelvan los
problemas se haría
insoportable.
Ejercicios:
El ejercicio ideal
es practicar la
paciencia en todo lo
que entiendas
necesario. Mira en
tu vida a ver si te
estás dando contra
un muro que todavía
no estás preparado
para romper, mira a
ver si eres
demasiado terco en
hacer ahora una
determinada cosa
cuando esperando
unos meses podría
salirte mucho mejor.
Apúntalo todo en la
libreta, tus
reflexiones,
análisis,
comentarios,
preguntas,...
LA RUEDA DE LA
FORTUNA
Carta número X
La carta nos habla
de una rueda que da
vueltas y vueltas,
girando sin parar y
subida a ella hay
una especie de mono
que va pasando por
diversos lugares de
la rueda. La palabra
clave es destino.
La suerte es algo
que todos hemos
mencionado alguna
vez, da igual con
calificativo
negativo como con
calificativo
positivo. ¿Cuántas
veces hemos
intentado
consolarnos pensando
que fue cosa del
destino? Estamos muy
mal acostumbrados a
sostener que el
destino es algo
ajeno a nosotros,
que lo ha escrito
alguien en un libro
y que ya no puede
cambiarse, aunque
hay algo de cierto
en ello.
Pero ahora el loco
tiene que comprender
que esa no es la
completa realidad,
que en su fuero
interno su ser toma
unas decisiones que
influyen en su
destino, decisiones
que no creemos haber
tomado porque
nuestra mente no las
vislumbra. Lo que
vemos fuera, no es
sino una proyección
de nosotros mismos,
y ésta debe ser la
herramienta para
comprender qué nos
ocurre.
La rueda representa
en nuestra vida ese
movimiento que
imaginamos externo
en todo lo que
realizamos. De
repente nos
encontramos en la
cumbre del éxito, de
repente en el
fracaso; de repente
notamos que estamos
ascendiendo, de
repente notamos que
involuntariamente
estamos
descendiendo. Como
los sentimientos en
todas esas fases son
muy alborotados, no
nos dejan ir más
allá para comprender
que nosotros también
tenemos algo que ver
en todo lo que nos
sucede. Hemos de
comprender que
nosotros debemos
comportarnos como el
eje central de la
rueda, que apenas
nota el movimiento.
Nuestro ser es ese
centro que se va
dirigiendo a un lado
u otro del círculo,
decidiendo qué
acontecimientos le
interesan aprovechar
para que tu aprendas
lo necesario de lo
que te ofrece la
vida. Recuerda que
la casualidad no
existe, que todo
tiene una razón de
ser, y que la vida
no desea que sufras,
simplemente quiere
que aprendas a ser
persona, a
comportarte
adecuadamente y por
ello junto a tu ser
tomarán unas
decisiones siempre
para que te des
cuenta de algo,
nunca como castigo.
No olvides que no
hay consecuencia sin
causa.
Ejercicios:
Esta carta requiere
como ejercicio que
hagas unas
reflexiones de los
acontecimientos de
tu vida en estos
momentos y trates de
localizar en qué
parte de la rueda
estás en cada uno de
ellos, y por qué
crees que puede ser.
Con el tiempo
comprenderás porqué
sucedió lo que
aconteció, siempre y
cuando no te ciegues
en que fue cosa de
un inexistente
destino ajeno a ti.
Escribe en tu diario
tus reflexiones,
guárdalas porque
quizá pasado un
tiempo te guste
comprobar si lo que
realmente imaginabas
estaba en lo cierto,
etc.
LA JUSTICIA
Carta número XI
La carta nos habla
de una mujer que en
una mano sostiene la
espada de la
justicia y en la
otra la balanza que
le ayuda a sopesar
las cosas para
llegar a un juicio
imparcial. La
palabra clave es Yo
Soy y Objetividad.
Somos el centro a
través del cual
suceden las cosas.
Esto es fundamental
que lo entiendas.
Este es un punto en
que es necesario
comprender que todos
nosotros poseemos un
único ser. Ese ser
es perfecto solo que
nuestro ego nos ha
borrado toda
identidad o
manifestación
consciente del
mismo. Para sacar a
flote nuestro ser o
nuestro “Yo Soy”, es
la finalidad de este
curso, así como
especialmente la de
esta carta.
Nuestro ser no es
intenciones, deseos,
emociones;
simplemente ES. Para
manifestarlo es
fundamental el
equilibrio, y no
sólo el equilibrio
exterior, sino
fundamentalmente el
equilibrio interior.
El ser humano en
general se aliena
con todo lo que le
ocurre. Pierde la
atención de sí mismo
y la traslada a
todos sus problemas,
amistades,
acontecimientos...
Esto es lo que le
hace ser infeliz la
mayoría de la veces;
porque se deja
arrastrar por una
corriente que como
decíamos en la rueda
de la fortuna, unas
veces nos deja
arriba y otras
abajo. Somos como un
recipiente relleno
con nuestro ser. Ese
recipiente puede
romperse, cambiar de
color, de forma,
pero lo de dentro no
se modifica, sigue
siendo lo mismo,
pura sabiduría de
amor.
Pase lo que te pase
tu ser nunca te
abandonará porque es
la parte más
importante de ti,
eres tú. Por ello,
sin consiguiéramos
estar en todo
momento con la
atención en nuestro
“Yo Soy” nuestra
vida será armónica,
comprenderíamos a la
perfección porqué
nos sucede lo que
nos sucede, y como
consecuencia
seríamos mucho más
felices. Obviamente
hay que reconocer
que resulta
especialmente
difícil en esta
sociedad estar ni
tan siquiera cinco
simples minutos en
nuestro “Yo Soy”.
Pero hay que
intentarlo con
perseverancia ya
desde este momento,
eso si, sin agobios
ni presiones. Por
supuesto no se trata
de grandes
meditaciones, ni
apartarse de la
vida. Simplemente
recuerda la idea
principal: se trata
de que vivas la vida
con plenitud
mientras tu fuera
interno se halla en
equilibrio, en paz,
con confianza... Y
este sólo entenderá
con la práctica.
Ni que decir tiene
que por tanto todas
aquellas decisiones,
actuaciones,
realizadas desde
nuestro centro “Yo
Soy” siempre serán
acertadas.
Ejercicios:
a) Este es un
pequeño ejercicio
para no olvidarte
nunca de ti mismo.
Está orientado a
atraer la atención
sobre ti mismo
tantas veces como
puedas o quieras. Es
muy bueno para esos
momentos en los que
estamos enfrascados
totalmente con
alguna cosa,
trabajo, ejercicio.
Bien, se trata que
de vez en cuando, y
especialmente en
esos momentos de los
que te hablamos, que
te pares un segundo
a contestarte las
siguientes
preguntas: ¿Quién
soy? ¿Dónde estoy?
¿Qué estoy haciendo?
Puede que te parezca
que contestarte a
estas simples
preguntas sea una
tontería. Pero
recuerda siempre que
la verdad se alcanza
de la manera más
sencilla que existe.
Por ejemplo: estás
caminando a la
parada del bus, pero
a la vez vas
pensando en qué vas
a hacer cuando
llegues a casa.
Entonces te haces
las tres preguntas
“mágicas”. ¿Quién
soy? Soy X, ¿Dónde
estoy? Estoy en la
calle, ¿Qué estoy
haciendo? Estoy
caminando hacia la
parada del bus y
pensando qué voy a
hacer cuando llegue
a casa. Aunque te
parezca increíble.
Estas tres simples
preguntas te
ayudarán a centrar
la atención en ti en
todo momento.
b) Pero ahí no acaba
el trabajo. El
primer ejercicio es
muy bueno para
centrar la atención
en ti mismo, pero
también te hará
falta ir
acostumbrándote a
atraer a tu
conciencia tu ser.
Así que para ello
puedes hacer lo
siguiente. Cuando
tengas ganas y en el
lugar que te
apetezca durante el
tiempo que te sea
posible pronuncia la
palabra “Yo Soy” a
la vez que intentas
centrar tu atención
en ti mismo, en tu
cuerpo, en tu
fuerza, en tu
confianza.
Es muy probable que
las primeras veces
no sientas nada
aunque también
podría ser todo lo
contrario. Pero si
estás en el primer
caso no te
desanimes, porque
seguro que lo
conseguirás. Tu
sigue perseverante y
verás cómo en poco
tiempo logras sentir
una paz y equilibrio
interno que poco a
poco irán
transformando tu
punto de vista sobre
la vida. Es posible
que incluso en tus
comienzos sólo
puedas sentir tu “Yo
Soy” durante un
segundo, pero una
vez más te decimos
que no te preocupes
en absoluto por
ello. Confía en ti,
saca tu fuerza y
deja que tu ser te
guíen en este
camino. Él sabrá en
todo momento lo que
debe hacer y cómo
debe hacer, sólo
déjale hacer su
trabajo. No intentes
forzar las cosas,
todo a su debido
tiempo.
Continua en Cabala
Tarot III
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