Relata
el
Talmud
que
cuatro
hombres
entraron
en
el
Huerto
(Pardes,
en
hebreo;
de
este
término
deriva
“Paraíso”).
Eran
Ben
Azzai,
Ben
Zoma,
el
Otro
y
Rabbi
Akiba.
Rabbí
Akiba
alertó:
Cuando
entren
y
estéis
cerca
de
las
piedras
de
puro
mármol
no
digais
‘agua,
agua’,
porque
está
escrito:
‘Quien
hable
falsedades
no
será
reconocido
delante
de
Mis
Ojos’
(Salmos
101:7).
Ben
Azzai
contempló
y
murió.
Con
respecto
a
él,
está
escrito:
Es
preciosa
a
los
ojos
de
Dios
la
muerte
de
sus
Santos.
(Salmos
116:15)
Ben
Zoma
contempló
y
fue
fulminado.
Sobre
él
se
escribe:
Has
encontrado
miel,
cómela
moderadamente
porque
te
habrás
de
hinchar
y la
vomitarás.
(Proverbios
25:16).-
El
Otro
(Elisha
ben
Abuya)
contempló
y
corto
sus
plantaciones,
se
volvió
hereje.
Rabbi
Akiba
entró
en
el
Huerto
en
paz
y
salió
en
paz.
Los
Ángeles
también
quisieron
expulsar
a
Rabbi
Akiba,
pero
el
Unico
Santo
Bendito
dijo:
"Dejad
a
este
anciano
solo,
porque
ha
hecho
un
valioso
uso
de
mi
Gloria"
Los
kabalistas
han
dado
varias
interpretaciones
a
esta
historia,
pero
a
pesar
de
los
detalles
que
puedan
parecer
diferentes,
todos
ellos
coinciden
en
el
mensaje
principal.
- El
Huerto
es
una
dimensión
de
realidad
diferente
e
inaccesible
por
los
sentidos
habituales
del
oído,
el
tacto
y la
vista.
Sólo
puede
entranse
en
el
Pardes
a
través
de
los
métodos
de
la
Kabalah.
-
Ben
Azzai
contempló
y
murió.
Aún
no
estaba
listo
para
manejar
lo
que
vio.
-
Ben
Zoma
contempló
y
recibió
un
golpe
fulminante.
El
texto
nos
ayuda
a
entender
que
él
tomó
más
de
lo
que
hubiese
podido
asimilar.
- El
Otro
-el
Talmud
no
aclara
de
quién
se
trata,
pero
es
ampliamente
conocido
que
se
refiere
a
Elisha
ben
Abuya
-contempló
y
cortó
las
plantas,
acto
que
se
interpreta
como
una
profanación,
lo
que
lo
convirtió
en
un
pagano
hereje.
-
Rabbi
Akiba
entró
en
paz
y
salió
en
paz,
pero
no
fue
gracias
a su
propia
voluntad.
El
texto
dice
explícitamente
que
sólo
la
intervención
del
Único
Santo
Bendito
es
la
razón
de
que
él
fue
capaz
de
volver.
Se
debe
tener
cuidado
del
exceso
de
belleza,
que
puede
emborrachar
los
sentidos,
y de
la
adoración
pagana
que
pueden
despertar
los
poderes
ocultos.
Es
necesario
recordar
que
sólo
Rabbi
Akiba
entró
y
salió
en
paz,
gracias
a la
bendición
del
Único
Santo
Bendito
Sea,
de
la
que
fue
merecedor
al
conservar
una
actitud
de
reverencia
y
respeto
por
la
Gloria
de
la
Creación
Divina.
El
que
tenga
ojos,
QUE
MIRE,
el
que
tenga
oídos,
QUE
OIGA,
y
QUE
ENTIENDA…
FELILUXOR
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