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Te
rogamos
OH! San
Miguel:
- en
unión
con los
Serafines
la
gracia
de
abandonar
el
pecado y
de
inflamar
en
nuestros
corazones
el Santo
Amor de
Dios.
- en
unión
con los
Querubines
el
defendernos
de los
asaltos
de las
sugestiones
y
tentaciones
del
enemigo
y que
derrames
en
nuestras
almas el
espíritu
de
Humildad.
- en
unión
con los
Tronos
el nunca
permitir
que
seamos
oprimidos
por los
espíritus
del mal,
y que
nos
conceda
la
gracia
de
dominar
nuestros
sentidos
y
corregirnos
de
nuestros
malos
hábitos.
- en
unión
con las
Dominaciones
proteger
nuestra
Fe, la
de
nuestros
sacerdotes,
obispos
y del
Santo
Padre,
dándoles
Sabiduría
y
Prudencia.
- en
unión
con los
Poderes
el
proveer
a
nuestras
necesidades,
y
concedernos
una
atención
generosa
para el
servicio
de los
demás.
- en
unión
con las
Virtudes
de
liberarnos
de manos
de
nuestros
adversarios,
falsos
testimonios,
discordias,
calamidades,
y todo
mal que
el
enemigo
suscite
para
molestarnos.
- en
unión
con los
Principados
para
concedernos
el deseo
tenaz de
liberarnos,
a
nuestras
familias,
a todos
los que
nos
rodean y
a
nosotros
mismos
de
enfermedades
corporales
y
sobretodo
espirituales.
- en
unión
con los
Arcángeles
para que
el Señor
nos
ayude a
ser
testimonios
vivos de
Cristo,
llevando
una vida
pura,
llena de
gozo en
el Amor
Divino y
seamos
capaces
de
transmitirla
por
nuestros
actos a
los
demás.
- en
unión
con los
Ángeles
el
protegernos
durante
esta
vida,
ser
asistidos
en
nuestra
agonía y
conducidos
inmediatamente
a
compartir
con
ellos la
contemplación
de la
Gloria
Eterna
de Dios.
Amén |
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Oh
Glorioso
San
Miguel,
Príncipe
de las
Milicias
Celestiales,
defiéndenos
ante el
combate
contra
los
príncipes
y
poderes,
contra
los
dominadores
de este
mundo de
tinieblas,
contra
los
espíritus
malos
expandidos
en el
aire.
Ven al
socorro
de los
hombres
que Dios
ha hecho
a imagen
de su
propia
naturaleza
y
rescata
a gran
precio
de la
tiranía
del
demonio.
La Santa
Iglesia
te
venera
como su
guardián
y
protector.
A tí, el
Señor te
ha
confiado
la
misión
de
introducir
en la
felicidad
celestial
las
almas
rescatadas.
Ruega
pues, al
Dios de
la Paz,
para
aplastar
a Satán
bajo
nuestros
pies
para que
no pueda
más
retenernos
con sus
cadenas
y
molestar
a la
Iglesia.
Presenta
al
Altísimo
nuestras
oraciones
para que
sin
tardar
el Señor
nos haga
Misericordia.
Tú
mismo,
coge al
dragón,
la
antigua
serpiente
que es
el
diablo y
Satán, y
arrójalo
encadenado
al
abismo
para que
no
vuelva a
seducir
las
naciones.
Así sea. |
PARA
VUESTRO
DESARROLLO
Y
EVOLUCIÓN
A LA
LUZ
INEFABLE
DE
VUESTRA
ALMA
FELILUXOR
FE Y
FELICIDAD
EN LA
LUZ DE
ORO
AMONRA
CHILE
UNA LUZ
EN
VUESTRO
CAMINO… |

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